Desde el 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2015, cuyo lema de este año es «Amamantar y trabajar: ¡logremos que sea posible!». Con un importante objetivo: que al menos el 50% de las madres mantengan la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses para el año 2025, pues actualmente sólo lo consiguen el 38%.
Eliminar las barreras a la lactancia materna
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han pedido que se dé más facilidades a las madres para que den el pecho a sus bebés incluso si es necesario en el puesto de trabajo para conseguir el objetivo de este año. Pretenden que se vayan eliminando todas las barreras a la lactancia materna que existen.
En su opinión, son los propios gobiernos los que tendrían que fomentar la lactancia materna para hacer de ella una prioridad política en el marco de los planes de desarrollo. No dudando en aumentar los recursos con los que cuentan los programas de apoyo a la lactancia.
La lactancia materna beneficia a todos
La clave para estas organizaciones estaría en superar el mayor obstáculo al que se enfrentan millones de mujeres por todo el mundo: las políticas en los centros de trabajo que no apoyan el derecho de las madres trabajadores a dar de mamar a sus hijos en el trabajo. Recalcan que además es un beneficio para la empresa ya que las mujeres sienten un mayor satisfacción en su trabajo y son más leales a sus jefes. Lo que contribuye a que mejore la productividad y se reduzca el ausentismo laboral.
Inciden en que de los 830 millones de madres que trabajan en todo el mundo la mayoría no se benefician de políticas que apoyen a las madres que dan el pecho. Además destacan como estas cifras no cuentan con todas aquellas mujeres que trabajan de manera informal, estacional o a tiempo parcial, que principalmente son las más pobres que viven en los países más pobres.
Para la OMS y Unicef, la lactancia permite sobrevivir a un mayor número de niños, mejora no sólo su salud sino sus capacidades intelectuales y hasta su futuro laboral. Por ello, hay que seguir luchando para que sea un derecho reconocido por todos.
