Inteligencia emocional en las madres

En la mayoría de los campos, lo que nos convierte en estrellas es la capacidad de utilizar una gran inteligencia emocional.  Daniel Coleman

Creo que en el campo de la maternidad  somos auténticas estrellas. Todas las mujeres que somos madres hemos aprendido a gestionar nuestras emociones y las de nuestros hijos con una habilidad que jamás hubiéramos imaginado.

El concepto de inteligencia emocional tiene que ver con la capacidad de comprender, sentir, controlar y modificar nuestros estados emocionales. Es decir, es la habilidad para gestionar bien las emociones. Tanto las nuestras como las de los demás.


Seguro que os identificáis con algunas de las características que la definen. Aunque no pongamos nombre a muchas cosas que hacernos, realmente, una madre siempre lo hace genial. Pensarlo bien, sin aprendizaje previo, sin formación específica, sin retribución económica, sin reconocimiento social y un largo etc., una madre cría con el mayor esmero y acierto a sus hijos. Al menos lo intenta, como todas lo hemos hecho,  y ese es el gran paso, el gran mérito.

Aquí os dejo algunas de las competencias emocionales de este tipo de inteligencia, tan necesario y vital.

  • Empatía. Aprendemos a sentir lo que sienten nuestros hijos, nuestra pareja. Al ser más observadoras y pacientes, captamos con mayor precisión lo que sienten nuestros bebés.
  • Somos capaces de frenar nuestra lengua y expresar nuestras emociones relajadamente.
  • Expresión sana de las emociones. Solemos llorar con más facilidad desde que somos madres y además nos sienta bien. Reímos más gracias a nuestros hijos, sus ocurrencias y ese creciente desarrollo del sentido del humor que nos da la maternidad.
  • Habilidades sociales. Antes de ser madre, podíamos elegir no relacionarnos con nuestra familia política o con otras personas. Sin embargo ahora nos relacionamos con todos; padres de amigos de nuestros hijos, vecinos, conocidos y un largo etc.
  • Motivación. Nuestras metas y objetivos se han ampliado. Trabajamos por ello día a día.

En resumen.  El ser madre te hace más fuerte, más flexible, más motivada, más sociable, más serena, más empática  y en general, más sabia. Enhorabuena.

“La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social”.

 Daniel Goleman

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