La fuerza de la fragilidad. Es la frase que mejor resumen la lucha y supervivencia de los bebés prematuros, esos seres tan especiales que día a día demuestran su fortaleza saliendo adelante. Actualmente en algunas unidades neonatales y ucis pediátricas, se está llevando a cabo un método revolucionario de atención a estos pequeños y grandes supervivientes. El cuidado centrado en el desarrollo o NIDCAP (Newborn Individualized Developmental Care and Assessment Program).
Es fácil identificar este cuidado. Son salas donde al entrar parece que entras en un lugar sagrado. Así es, porque el mimo que se les presta roza la excelencia. Una luz suave y delicada envuelve el espacio donde se observan las incubadoras cubiertas con mantas de alegres colores traídas por las madres. El nivel de ruido es muy bajo, contando con un sonograma en forma de oreja que cuenta con una alarma visual para detectar excesos, permitiendo que las voces y otros sonidos no perturben la paz de los pequeños. Si miramos en las incubadoras podemos ver que estos angelitos se encuentran rodeados por sistemas de contención, cojines, rulos, que asemejan las paredes del útero materno que tanta seguridad les proporcionaba.
Allí tienen acceso las madres durante las veinticuatro horas del día e incluso cuentan con un teléfono al que pueden llamar a cualquier hora para preguntar por sus hijos. También se les permite estar con ellos piel con piel y ayudar en su atención. La familia, los padres, son parte esencial en el programa de cuidados.
Este sistema fue creado por la Dra Heidelise Als, una psicóloga que basó su método en el grado de maduración del sistema nervioso de estos bebés. Estos pequeños son muy inmaduros y particularmente vulnerables al entorno estresante de las tradicionales unidades de cuidados intensivos neonatales. Mediante este sistema, el bebé es observado para comprender lo que le molesta, lo que le consuela, lo que tolera, lo que le desestabiliza, cómo va progresando, cómo va modificando sus respuestas y valorar sus progresos.
“El NIDCAP es un abordaje del cuidado de prematuros y bebés enfermos que se centra en el bebé, en sus necesidades y en el impacto que el ambiente estresante de las unidades de neonatología produce en estos bebés tan vulnerables. La deprivación materna, la falta de contacto físico, la alimentación con sucedáneos de leche materna, el ruido, la luz, las manipulaciones médicas que son imprescindibles en estos casos… El control de todas estas variables, reducirlas a la mínima expresión es el paso lógico que ha de darse una vez que la ciencia ha conseguido tasas de supervivencia de grandes prematuros muy altas.”
Recuerdo escuchar a dos jóvenes pediatras del hospital 12 de octubre hablar de este revolucionario método hace años. Por suerte se van dando pequeños pasos, lentos pero seguros. Estoy segura de que algún día nuestros hospitales o mejor dicho nuestros bebés prematuros, contarán con este asombroso cuidado centrado en el desarrollo, NIDCAP.
