Con el embarazo nuestro cuerpo sufre una serie de cambios que no solo nos afectan física y emocionalmente, sino que también tienen que ver con la dieta y los hábitos del día a día. Aumentan sus necesidades de energía, así como de proteínas, vitaminas y minerales, por lo que cuidar la nutrición se torna en una de las prioridades para favorecer el correcto crecimiento y desarrollo del feto durante los nueve meses de gestación. Son muchos los estudios que han reflejado los efectos de la dieta de la madre para el correcto desarrollo del bebé y numerosas investigaciones asocian el consumo de frutas y hortalizas con un bajo riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Desde el Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejos Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) recomiendan aumentar el consumo de zumos de fruta, pues mejora la absorción del hierro gracias a la vitamina C que aporta. Asimismo, el zumo de frutas constituye un complemento esencial en la dieta de la embarazada ya que, además de contener vitaminas y minerales, aporta fibras dietéticas y principios biológicos activos que estimulan el sistema inmunológico del bebé y favorece la formación de plaquetas, regulan el colesterol y la presión sanguínea y presentan efectos antibacterianos, antivirales y antioxidantes.
La fruta también es uno de los alimentos que contienen ácido fólico, una vitamina esencial para proteger al bebé contra malformaciones del tubo neural o el labio leporino. Además, también ayuda a evitar algunas molestias y síntomas del embarazo y supone una alternativa rica y fácil de consumir en cualquier momento de la gestación.
Es importante acompañar la dieta equilibrada de la mamá con actividad física moderada para controlar el exceso de peso, como por ejemplo, natación, pilates o yoga para embarazadas. Recuerda también consultar con tu médico cualquier duda que tengas sobre la alimentación y los cuidados durante el embarazo.
Fuente: Europa Press
