Lo cierto es que no podemos negar que el parto es una de las experiencias más dolorosas a las que se enfrenta una mujer en toda su vida. Así lo ha revelado una encuesta realizada por el sitio web Mumsnet, el cual preguntó a más de 1.500 mujeres sobre este momento en cuestión.
Los resultados de la encuesta hablaban de que un 64% de las mujeres encuestadas aseguraba que el momento en el que dio a luz se convirtió en el episodio más doloroso, físicamente hablando, de toda su vida.
También las hay quienes disfrutan de la experiencia; y es que un 47% de mujeres confesó que disfrutó muchísimo de la experiencia de traer un bebé a este mundo. Este grupo de mujeres añadían también que repetirían, no obstante, lo harían de otra manera.
El 44% de las encuestadas confesaba que no se sentían en absoluto preparadas para ese momento y que no encontraban tampoco buenos consejos sobre este momento tan intenso.El 19% de las mujeres aseguraba que en el noveno mes seguía manteniendo relaciones sexuales con sus parejas.
Asimismo, el 81% de las mujeres encuestadas aseguró que en tema de partos, los presentados en el cine y la televisión son bastante realistas.
Mitigar el dolor del parto
Un parto siempre será doloroso. No obstante, se puede intentar mitigar el dolor, tanto del momento en cuestión como de los días posteriores. Así, existe un sinfín de alternativas para poder acabar con el temido dolor, algo bastante positivo teniendo en cuenta que las mujeres se enfrentan mejor a sus primeros días como madre si consiguen controlar el dolor del parto.
Además de alternativas como por ejemplo el parto bajo el agua, del que dicen favorece un mayor control de las contracciones, encontramos otras tendencias que están siendo bastante pioneras en otros lugares del mundo como el conocido “gas de la risa”.
Este gas inodoro, usado normalmente por los dentistas, está extendiéndose en los partos en EEUU. Al parecer, los ginecólogos optan por este tipo de gas pues cuenta con menos efectos a corto plazo, además tiene mayor flexibilidad en su administración y abarata los costes.
Según parece las madres eliminan este gas en segundos al inhalar el aire de la habitación, siendo así sus efectos mucho más cortos que la anestesia epidural, y por tanto con menor riesgo.
