Muchas veces hablamos de los problemas que tienen los bebés prematuros debido a su bajo peso y a la inmadurez de su cuerpo. Sin embargo como en todo, los extremos no son nunca buenos, por lo que tampoco lo es el que el bebé tenga un tamaño por encima de la media. Ahora un estudio nos muestra cómo facilitar su nacimiento.
Distocia de hombros
El Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Ginebra, Suiza, ha realizado un estudio en el que se muestra que a las embarazadas con bebés inusualmente grandes habría que inducirles el parto antes de que llegue a término. Por norma general no se provoca antes de la semana 39 de embarazo. Pero ahora, esta investigación muestra cómo podría ser beneficioso que se provocara entre las semanas 37 y 38.
Esto conseguiría reducir la distocia de hombros, que consiste en que después de que la cabeza del bebé haya salido se queden sus hombros atrapados detrás de la pelvis. Lo que está considerado como una de las situaciones de más alto riesgo en el parto. Puede sufrir daños en la columna vertebral, fracturas o incluso sofocación. Un bebé con un peso elevado tiene hasta 15 veces más de posibilidades de que esto le suceda.
Mejores resultados con la inducción
Para llevar a cabo el estudio se identificaron a más de 800 mujeres con bebés que tenían un percentil 95. En la mitad de ellas se indujo su parto. La distocia se produjo en un 2% de las que se les había adelantado el alumbramiento y en un 6% en las que no. No había distinción en el número de cesáreas entre las que se había decidido la inducción y las que no.
Los autores del estudio comentan que la inducción del parto se relaciona históricamente con un mayor número de cesáreas. Además si esta se lleva a cabo antes de la semana 39, se incrementa la posibilidad de que el pequeño tenga algún problema, como inmadurez de sus pulmones. Comentan que en el caso de los bebés especialmente grandes aun así podría ser beneficioso.
Un estudio que habrá que tener en cuenta.
