Los bebés pasan gran parte de su tiempo durmiendo, y es que el sueño es fundamental para el desarrollo físico del pequeño. Ahora, gracias a un estudio alemán realizado por la Universidad de Ruhr de Bochum, también se sabe que este descanso es completamente necesario para el desarrollo mental del niño e incluso para aspectos como el aprendizaje.
El estudio publicado en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS), asegura que dormir la siesta es la clave para que los bebés puedan recordar posteriormente sus aprendizajes.
Los investigadores encargados de este estudio declaraban:
Descubrimos que dormir poco después de aprender ayuda a los niños a retener recuerdos por períodos más largos de tiempo.
Aunque el estudio no confirma que las siestas ayuden a que los bebés puedan retener los recuerdos más tiempo, los investigadores aseguran que hay muchísimos indicios, pues para empezar en sus experimentos:
Sólo aquellos bebés que tomaron una siesta prolongada durante al menos media hora dentro de las cuatro horas después de aprender algo recordaron la información.
Falsas creencias
Hasta ahora, la creencia popular era que los bebés aprendían muchísimo más y mejor cuando estaban completamente despiertos. No obstante, los resultados de este estudio hablarían de todo lo contrario posicionando el momento más fructífero de los bebés justo antes de quedarse dormidos.
Para esta investigación, se dividió un grupo de 216 bebés en dos subgrupos. A ambos se les enseñó como quitarle los guantes a unos títeres. Después algunos tomaron una siesta de una media hora mientras otros quedaron despiertos.
Al pasar un día, los investigadores decidieron probar si los bebés recordaban lo que se les había enseñado previamente. Lo cierto es que los niños que durmieron siesta recordaban muchísimo mejor lo aprendido el día anterior.
Para Sabine Seehagen, investigadora en psicología infantil y juvenil en la Universidad Ruhr de Bochum y autora principal del estudio:
El sueño mejora la consolidación de la memoria declarativa, la encargada de evocar conscientemente datos y recuerdos, en niños de entre seis y doce meses.
Así, asegura que media hora de siesta ya es suficiente para mejorar el aprendizaje de los niños.
