Cuando estamos embarazadas por primera vez nos inquieta la posibilidad de que no nos dé tiempo de llegar al hospital para dar a luz y tengamos que hacerlo en cualquier sitio. En casa, en la calle o en el coche, por ejemplo. Es por eso que durante las últimas semanas de la gestación solemos correr a urgencias ante el más mínimo indicio de que el parto se acerca. Después de pasar por él, nos damos cuenta de que no hubiera estado tan mal que hubiera sido tan rápido. Eso le ha sucedido a una joven escocesa, que ha dado a luz en el baño. Pero en este caso lo curioso es que ella no sabía que esperaba un bebé.
Una pildora anticonceptiva que parecía funcionar
Nikki Kelly tiene 24 años y reside en Escocia. La ahora madre se encontraba encantada con los buenos resultados que le estaba dando la píldora anticonceptiva que estaba tomando. Cada mes tenía su período de manera regular y realizaba su función, evitar el embarazo. Claro que eso era lo que ella pensaba, la realidad era muy diferente y la descubrió por sorpresa. Cierto día estando en casa empezó a sentir un dolor muy intenso, dice que tanto que no podía ni moverse. Alarmada llegó a llamar a su pareja Aaron 76 veces en media hora, pero este no le contestó. Así que como sentía la necesidad de empujar se fue al baño confundida por lo que estaba pasando. Tras varios empujones comenzó a ver a su hijo.
¿Quién está llorando?
Cuando Aaron vio esa cantidad de llamadas corrió a casa pensando que algo grave tenía que haber sucedido. Mientras lo hacía llamó a Nikki y al escuchar ruido, preguntó que quién estaba llorando, a lo que ella le contestó que su hijo. Podemos imaginar la impresión que se llevaría este hombre.
Después fueron al hospital donde comprobaron que el bebé estaba bien, pesó 2,272 kilos, y que había nacido en la semana 32 de embarazo.
Un bebé perfecto
A pesar de la sorpresa la joven madre está feliz. Dice que James, que así se llama su hijo, es perfecto y que ella no tiene ninguna señal del embarazo, por lo que no puede quejarse. Afirma que los médicos le han dicho que no tenía barriga porque iba dos veces a la semana al gimnasio.
Sin duda una curiosa historia, que nos alegra que haya tenido un final feliz.
