No estás sola

depresión pospartoHace semanas, incluso meses, tras el nacimiento del bebé que el estrés, ansiedad, la tristeza e irritabilidad empiezan a ser muy frecuentes en tu día a día y en tus estados de ánimo. Y los pocos momentos que tienes para descansar eres incapaz de conciliar el sueño y las lágrimas no dejan de caer por tus mejillas sin motivo aparente, sin una explicación lógica.

Cada día, cada mañana, te preguntas: ¿Qué me pasa? ¿Por qué me siento tan triste y a la vez culpable por ello? ¿No se supone que al ser madre tendría que estar feliz, llena de ilusión y rebosante de orgullo y alegría? Tal vez, sea agotamiento físico, los cambios, las tomas nocturnas, el llanto del bebé, tu necesaria y tan demandada recuperación orgánica que tiene su propio biorritmo... O tal vez, estés iniciando un proceso depresivo, el cual no quieres asumir o del que no quieres hablar porque te niegas a que esto te pase a ti.

Debes de saber que no estás sola, ni loca, ni eres mala madre, ni un desastre... simplemente has sido madre y con ello se han sumado otras cosas que aún no has podido asumir e incorporar a tu nueva vida. Porque la depresión posparto no tiene un solo desencadenante, es la suma de varios.

No estás sola, porque cada año miles de mujeres pasan por esta misma situación y lo superan.

No estás sola, porque cada día miles de recientes madres nos hemos hecho la misma pregunta que tú: ¿por qué a mí? Hemos sentido la misma culpabilidad y sufrido en silencio la misma angustia. Y más aún cuando empezamos a tener miedo de hacer daño a nuestro bebé, a sentir que lo rechazamos o a sobreprotegerlo de manera excesiva, porque tal vez son otros los que le pueden hacer daño, los que no sepan cuidarlo, cogerlo en brazos o bañarlo.

No estás sola, porque miles de mujeres, incluida yo misma, un día nos dimos cuenta de que las cosas no iban bien, de que no éramos las mismas. Entonces perdimos el miedo al qué dirán y empezamos hablar, empezamos a pedir ayuda a aquellos con los que mejor nos entendíamos, o de los que más apoyo sentíamos: pareja, familia, amigos, especialista…

Entonces mejorarás, saldrás adelante como todas lo hemos hecho. Volverás a sonreír, a vivir, a disfrutar de la maternidad, a ser esa mamá que ideamos durante el embarazo. Descubrirás que no eres débil sino fuerte, ni cobarde sino muy valiente, ni mala madre sino la madre que sabes ser, la mejor.

No te hundas. Pide ayuda, lucha, pasea, haz alguna actividad que te ilusione, que te dé vida, que te llene de energía y sea capaz de evadirte durante unos minutos u horas cada día. Es importante que vuelvas a ser tú no solo por esa nueva familia que acabas de formar, sino por ti misma.

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