Parece que el embarazado soy yo. Síndrome de Couvade

Síndrome de CouvadeMi mujer embarazada y yo asustado. Después de un peregrinaje de años, sorteando fiv y tratamientos, por fin lo logra y sin embargo me siento raro. Por las mañanas amanezco con náuseas. Por suerte, a ella ya le han desaparecido. Ayer cumplió doce semanas de gestación y está radiante. Me resulta extraño, en el trabajo, a media mañana me mareo. Por favor ¿qué es esto?

Cómo le cuento a mi mujer que a ratos siento calambres en las piernas, en los mismos lugares que ella refiere, o que me siento hinchado sin razón, o que al igual que ella algunos olores me incomodan y me producen rechazo, nauseas. A punto de cumplir treinta y ocho años y me veo de esta guisa. Parece que el embarazado soy yo. Y lo peor es que no lo puedo hablar con nadie. Mis compañeros me verían como desquiciado; mis padres, que no estoy preparado, pobre; y mis amigos me aconsejarían un psicólogo o peor, un psiquiatra.

Me he comprado un par de pantalones y dos camisas, ¡hasta he engordado! Mi querida compañera dice que como entre horas, imposible, si hasta como menos, con este cansancio que ha aparecido de repente. No lo comprendo, ni ella tampoco. Menuda cara puso cuando me dijo, toda apenada, que tenía ciática en la pierna izquierda y le comenté, ¡yo también!

No hay día, hora, momento que no me pregunte: ¿seré un buen padre? ¿Sabré hacer lo que se espera de mí? ¿Ayudaré a mi mujer? Nadie sabe lo aterrorizado que estoy, nunca me he sentido tan inseguro, tan perdido. ¿Tan difícil es ser padre? Aún no ha nacido el bebé y ya estoy hecho un flan, con un montón de dudas y por si fuera poco estos síntomas raros como si yo estuviera preñado.


Compañera del alma. Empiezo a entenderla, a verla con otra mirada, a escucharla con otra voz, a tocarla de otra forma. ¡Qué grande es mi pequeña! Debo relajarme, todo esto pasará. Tranquilo, me repito, un día sí y otro también, seguro que cuando nazca nuestro hijo, ella y yo lo recordaremos sin dejar de sonreír.

El síndrome de Couvade

Meses después este padre, Alberto, me contó en el posparto todos esos síntomas que experimentó durante el embarazo de su esposa. Se sintió aliviado cuando le expliqué que alrededor de un 60% de futuros padres experimentan esas pasajeras molestias, este se llama síndrome Couvade. Se cree que es una respuesta de adaptación al nuevo rol social o solidaridad inconsciente hacia su compañera. Fuera lo que fuera, él se sentía más tranquilo y relajado. De hecho, desde el parto no había experimentado ningún síntoma.

Se quedó encantado cuando le comenté que las investigaciones muestran que los padres que habían padecido el síndrome de Couvade responden más rápidamente al llanto del bebé. Dichos padres presentan un aumento de prolactina, llegando a desarrollar un mayor rango de conductas protectoras en relación a otros padres.

Tranquilo si estás leyendo esto. Igual que llegan estos síntomas, desparecen tras el parto. Ajustes emocionales, cognitivos, conductuales. Todo un abanico consciente o inconsciente de dudas y temores que se experimentan ante un cambio de rol. Y ser padre será el mayor y el más logrado triunfo de tu vida. Disfruta este tiempo y relájate.

 

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