Como padres, nos centramos más en los peligros que en los beneficios potenciales que los videojuegos pueden tener sobre nuestros hijos. Sin embargo, tenemos que tener clara una cosa: estos juegos forman parte (y lo seguirán haciendo en los años venideros) de la niñez y de adolescencia de nuestros hijos.
¿Por qué no aprovecharlo? Si sabes lo que estás buscando, los juegos online o videojuegos para una consola pueden ser una herramienta más que ayude a los más pequeños a desarrollar ciertas habilidades. El mayor problema viene cuando no sabemos qué elegir.
En la actualidad este es un debate que genera posturas tanto a favor como en contra. ¿Deberían los niños pasarse unas horas a la semana jugando videojuegos en vez de estar relacionándose en la calle con otros niños, leyendo un libro o simplemente, divirtiéndose con juguetes de una forma más tradicional? Y si la pregunta que se debería hacer aquí es, ¿por qué no se puede combinar todo? Existen cientos de webs de juegos online, como el país de los juegos, con las que los niños pueden divertirse a la vez que aprenden y disfrutan con sus personajes favoritos.
No debemos subestimar el poder que los juegos de ordenador o videoconsola pueden tener. Varios estudios han demostrado que estos juegos pueden mejorar la coordinación manos-ojos, el pensamiento lógico, la capacidad de resolver problemas, el trabajo en equipo y otras habilidades transversales necesarias en la vida adulta.
¿Qué clase de juegos son buenos para niños?
Aunque no estén etiquetados como “juegos educativos”, para niños a partir de 7 u 8 años existen numerosos juegos con gran valor creativo y educacional. El mayor ejemplo puede ser el simulador de construcción Minecraft, que, aunque con una estética un poco antigua enseña a sus jugadores conocimientos de arquitectura, física, electrónica y geología. Este juego es tan popular, que incluso se ha llegado a adaptar para el aula, permitiendo que sean los profesores los que guíen los proyectos de sus alumnos.
Otros, por ejemplo, pueden hacer que los más pequeños se interesen en ciertas áreas de conocimiento que no suelen ser tan divertidas a primera vista. Juegos como el Civilization o el Age of Empires fomentan el interés de los más pequeños hacia temas, aparentemente aburridos para un niño de 8 años como puede ser la historia, la geografía, las culturas antiguas o incluso, las relaciones internacionales.
Finalmente, debemos tenemos tener en cuenta que muchos niños (a diferencia de sus padres) ven los videojuegos como una actividad social y no como algo solitario. Estas actividades crean una base común para los niños y facilitan que hagan amigos. Piensalo, cuando se estrena una nueva película de Disney, muchas veces son nuestros hijos quienes nos piden verla porque sus amigos ya lo han hecho (y no pueden participar de las conversaciones en el recreo, por ejemplo). Lo mismo ocurre con ciertos juegos que son extensiones o complementos a series de televisión o películas, nuestros hijos quieren más. Un caso reciente es una de las últimas series de Disney Channel, un fenómeno internacional con el que han surgido numerosos juegos online de los descendientes. Divertirse con este tipo de juegos temáticos les permite desarrollar habilidades, socializarse con sus amigos y compañeros de clase y seguir disfrutando de sus personajes favoritos.
Y tú, ¿qué opinas del papel de los videojuegos en el desarrollo de los niños?
