Durante el embarazo, al menos durante las primeras semanas y antes de producirse, se recomienda la ingesta de ácido fólico para evitar defectos relacionados con el tubo neuronal. A partir de ahora es muy posible que se comience a recetar también suplementos de yodo a lo largo de la gestación y que se añada a las recomendaciones que hacen los médicos para cuidar la alimentación durante el embarazo.
La Universidad de Birmingham ha realizado un estudio que se ha publicado en un la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology, en él afirma que sería necesario que todas las embarazadas complementen su dieta con suplementos de yodo. Además señalan que es una práctica aconsejable también para las futuras madres que viven en países en los que no hay una gran deficiencia de este oligoelemento. Concluyen que de hacerlo así supondría un importante ahorro a los sistemas sanitarios.
Problemas de salud y falta de yodo
El motivo que alegan para recetar yodo por norma a todas las gestantes es que su carencia está vinculada tanto con un retraso en el crecimiento físico como con el desarrollo intelectual de los bebés. Una de las autoras de esta investigación, Kate Jolly, que es profesora de salud pública de la citada Universidad, señala que hasta una leve deficiencia de yodo en el embarazo se asocia a niños con un coeficiente intelectual más bajo.
Para la FAO, que es la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, aproximadamente una cuarta parte de la población no ingiere la cantidad suficiente de yodo. Asimismo comentan que de todas las enfermedades ocasionadas por déficits nutricionales, las que están unidas a la falta de yodo son las que resultan más fáciles de controlar.
Un gran ahorro para los sistemas sanitarios
Los autores del estudio calculan que solo en el Reino Unido el ahorro para el sistema público de salud sería de 283 euros por embarazada y unos 6.345 por cada niño. Para ellos es evidente, hay que recetar complementos de yodo a las mujeres durante el embarazo y la lactancia.
Esperemos que así se haga, principalmente para evitar que nuestros hijos paguen las consecuencias.
