Ser despedida de sus trabajos es una realidad que muchas mujeres enfrentan cuando deciden concebir, y aunque la mayoría de ellas prefiere no enfrentarse legalmente en busca de justicia, la condena de una empresa española y el pago de una indemnización de 120 mil euros a una de sus trabajadoras embarazadas ha marcado un precendente.

Hoy en día la mujer trabaja y mantiene su vida laboral activa, aunque con dificultades y salvo excepciones, se amoldan a su nueva rutina sin poner en riesgo la vida de su bebé o llegar a ser menos productivas en sus obligaciones.

Lamentablemente, en muchos centros laborales resulta incómodo reconocer los derechos o beneficios laborales de las mujeres embarazadas y deciden  buscar excusas para retirarlas de sus empleos.

En el caso de la protagonista de esta noticia fue así. Ella fue despedida en el 2009 luego de obtener una reducción de jornada para cuidar su niño mayor,  pero aun cuando la empresa alegó 'motivos económicos' se le repuso en su trabajo por orden de un juez. Un año después, ahora embarazada, solicita sus derechos, pero solo obtiene una nueva carta de despido.

Seguramente, no todas pelearíamos legalmente para ser readmitida en nuestro centro de labores, el temor al maltrato es peor y claro algunas prefieren su tranquilidad antes que el aspecto económico, especialmente en esta etapa de tanta sensibilidad.