Una de las cosas que nos causa más nerviosismo a los padres es que nuestros bebés lloren, como no saben hablar no pueden expresar qué les sucede. Una vez comprobado que no tiene ni hambre ni sueño y que está limpio, solo queda que le duela algo. Porque como no se comunican no sabemos hasta qué punto les afecta estas clase de problemas. Un estudio trata ahora de explicárnoslo.
El Hospital John Radcliffe, en Oxford, Reino Unido, ha llevado a cabo un estudio para conocer de qué manera reacciona el cerebro de un bebé ante el dolor. En él participaron 10 bebés de entre 1 y 6 días de vida junto con sus padres. Pensaron que este sería el mejor momento puesto que están casi todo el tiempo dormidos y quietos. También contaron con 10 adultos sanos con edades comprendidas entre los 23 y los 36 años. A ambos grupos se les practicaron pruebas de imagen por resonancia magnética. El estímulo doloroso utilizado con los bebés fue el equivalente a pincharles en la planta del pie con un lápiz. El de los adultos 4 veces superior.
Pudieron comprobar que tanto los cerebros de los pequeños como el de los mayores respondieron prácticamente igual. De las 20 regiones que se activaron en el de los adultos, 18 lo hicieron en el de los bebés.
Para los autores del estudio conocer esto es de gran importancia:
Por primera vez, hemos podido estudiar el dolor en el cerebro de un bebé mediante resonancia magnética. Esto es particularmente importante cuando se trata de dolor: obviamente los bebés no pueden decirnos acerca de su experiencia de dolor y es difícil inferir el dolor de las observaciones visuales.
Pretenden que esta investigación ayude a conseguir tratamientos para aliviar el dolor en los bebés, ya que permitirá probarlos y comprobar su efectividad.
Una ayuda que agradeceremos tantos nosotros los padres como nuestros pequeños.
Una de las cosas que nos causa más nerviosismo a los padres es que nuestros bebés lloren, como no saben hablar no pueden expresar qué les sucede. Una vez comprobado que no tiene ni hambre ni sueño y que está limpio, solo queda que le duela algo. Porque como no se comunican no sabemos hasta qué punto les afecta estas clase de problemas. Un estudio trata ahora de explicárnoslo.
El Hospital John Radcliffe, en Oxford, Reino Unido, ha llevado a cabo un estudio para conocer de qué manera reacciona el cerebro de un bebé ante el dolor. En él participaron 10 bebés de entre 1 y 6 días de vida junto con sus padres. Pensaron que este sería el mejor momento puesto que están casi todo el tiempo dormidos y quietos. También contaron con 10 adultos sanos con edades comprendidas entre los 23 y los 36 años. A ambos grupos se les practicaron pruebas de imagen por resonancia magnética. El estímulo doloroso utilizado con los bebés fue el equivalente a pincharles en la planta del pie con un lápiz. El de los adultos 4 veces superior.
Pudieron comprobar que tanto los cerebros de los pequeños como el de los mayores respondieron prácticamente igual. De las 20 regiones que se activaron en el de los adultos, 18 lo hicieron en el de los bebés.
Para los autores del estudio conocer esto es de gran importancia:
Por primera vez, hemos podido estudiar el dolor en el cerebro de un bebé mediante resonancia magnética. Esto es particularmente importante cuando se trata de dolor: obviamente los bebés no pueden decirnos acerca de su experiencia de dolor y es difícil inferir el dolor de las observaciones visuales.
Pretenden que esta investigación ayude a conseguir tratamientos para aliviar el dolor en los bebés, ya que permitirá probarlos y comprobar su efectividad.
Una ayuda que agradeceremos tantos nosotros los padres como nuestros pequeños.
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