Las mujeres embarazas suelen asegurar que durante la gestación sus cambios emocionales en el embarazo aumentan y su carácter normal se ve alterado. Lo cierto es que estas emociones variables siempre se han vinculado a los cambios hormonales a los que las futuras mamás están sometidas durante los 9 meses de embarazo. Ahora, un estudio de la Universidad de Londres intenta ir un poco más allá, vinculando el embarazo con una mayor actividad del hemisferio derecho de la mujer, algo que sorprendentemente, y según las conclusiones de este reciente estudio, prepara neurológicamente a las futuras madres para vincularse con su bebé.
Al parecer, el hemisferio derecho está estrechamente relacionado con las habilidades emocionales y creativas de una persona. Es precisamente esta parte del cerebro la que más actividad presenta durante el embarazo, por tanto, este trabajo “extra” hace que la mujer esté mucho más sensible durante el embarazo y los primeros meses de maternidad.
¿Qué finalidad puede tener el cuerpo humano para provocar este tipo de cambios emocionales? Facilitar el vínculo entre madre e hijo.
La doctora Victoria Bourne fue la encargada de liderar este estudio de la Universidad Rohal Holloway, Inglaterra. Durante el mismo, estudió la actividad cerebral de casi cuarenta mujeres mientras observaban imágenes de adultos y bebés con diferentes expresiones faciales, negativas y positivas.
El equipo de investigación se dio cuenta de que las mujeres que estaban embarazadas, utilizaban muchísimo más la parte derecha del cerebro. Por el contrario, las mujeres que ya habían dado a luz a su hijo, presentaban una actividad mucho mayor en el lado izquierdo del cerebro, el que científicamente se asocia al hemisferio de la lógica.
Así pues, tras largos meses de pruebas e hipótesis, llegaron a una conclusión clara. Los resultados sugerían que durante los meses que dura un embarazo, las mujeres sufren cambios en la forma en que el cerebro procesa las emociones faciales. Así, los cambios emocionales de las mujeres embarazadas son en realidad los que permiten procesar las expresiones faciales y los que preparan neurológicamente a la madre para conectar y estrechar el vínculo con los bebés en el momento de nacer y conseguir así comprender las necesidades del mismo tan sólo observando su actitud.
Las mujeres embarazas suelen asegurar que durante la gestación sus cambios emocionales en el embarazo aumentan y su carácter normal se ve alterado. Lo cierto es que estas emociones variables siempre se han vinculado a los cambios hormonales a los que las futuras mamás están sometidas durante los 9 meses de embarazo. Ahora, un estudio de la Universidad de Londres intenta ir un poco más allá, vinculando el embarazo con una mayor actividad del hemisferio derecho de la mujer, algo que sorprendentemente, y según las conclusiones de este reciente estudio, prepara neurológicamente a las futuras madres para vincularse con su bebé.
Al parecer, el hemisferio derecho está estrechamente relacionado con las habilidades emocionales y creativas de una persona. Es precisamente esta parte del cerebro la que más actividad presenta durante el embarazo, por tanto, este trabajo “extra” hace que la mujer esté mucho más sensible durante el embarazo y los primeros meses de maternidad.
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La doctora Victoria Bourne fue la encargada de liderar este estudio de la Universidad Rohal Holloway, Inglaterra. Durante el mismo, estudió la actividad cerebral de casi cuarenta mujeres mientras observaban imágenes de adultos y bebés con diferentes expresiones faciales, negativas y positivas.
El equipo de investigación se dio cuenta de que las mujeres que estaban embarazadas, utilizaban muchísimo más la parte derecha del cerebro. Por el contrario, las mujeres que ya habían dado a luz a su hijo, presentaban una actividad mucho mayor en el lado izquierdo del cerebro, el que científicamente se asocia al hemisferio de la lógica.
Así pues, tras largos meses de pruebas e hipótesis, llegaron a una conclusión clara. Los resultados sugerían que durante los meses que dura un embarazo, las mujeres sufren cambios en la forma en que el cerebro procesa las emociones faciales. Así, los cambios emocionales de las mujeres embarazadas son en realidad los que permiten procesar las expresiones faciales y los que preparan neurológicamente a la madre para conectar y estrechar el vínculo con los bebés en el momento de nacer y conseguir así comprender las necesidades del mismo tan sólo observando su actitud.
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