Al cumplir el primer año nuestro bebé estará a punto de echarse a andar, si no lo ha hecho ya. ¿Cuáles son los mejores zapatos para esta etapa? Según los expertos, el mejor es... ¡ninguno! Lo ideal para el bebé es andar descalzo para que se desarrollen mejor sus músculos y articulaciones. Pero, como no siempre es posible dejarlo descalzos, habrá que buscar el mejor calzado para ellos teniendo en cuenta varios puntos.

¿Cómo saber si la talla del zapato es correcta para el bebé?

No hay que ponerle zapatos de suela rígida a los bebés hasta que no caminen o gateen, Hay que probárselos de pie y con el tipo de calcetín que lleve normalmente. Para acertar con la talla, tenemos que desabrochar bien el zapato. Una vez desabrochados debemos, con el dedo más largo del pie del pequeño tocar la punta y entonces tiene que haber un espacio como para que quepa nuestro dedo índice entre el talón y la parte trasera del zapato. Así nos aseguramos de que el pie del niño tiene espacio suficiente para moverse dentro del zapato pero que, a la vez, queda sujeto. S

abemos que los padres intentamos comprarles una talla superior para que le duren más, pero esto es un error ya que si son pequeños restamos libertad de movimientos y si son grandes haremos que el niño ande mal porque se le saldrán los zapatos.

El mejor consejo es comprar un par de zapatos de su talla aunque tengamos que comprarles más a menudo. Recordad que los zapatos solo se pueden heredar solo si están casi sin usar. Hay veces que los zapatos se les quedan pequeños enseguida y están prácticamente sin usar, entonces se pueden lavar y guardar para que los puedan volver a usar otros piececitos.

¿Qué modelo de zapato es el adecuado para el bebé?

Lo ideal es que el empeine sea bastante ancho y que sujete bien el pie con cordones, velcro o hebillas. Las botitas son muy bonitas y suelen quedar muy bien pero no es el calzado más adecuado para los primeros desplazamientos ya que no dejan que la articulación del tobillo se mueva y solo se consigue un desplazamiento muy artificial y sobrecargarlos. Lo mismo ocurre con los zuecos, las chanclas o las bailarinas.

Las deportivas, bambas, tenis o playeros (depende de como lo llaméis cada uno) son un buen calzado, pero pueden favorecer la sudoración por lo que habría que alternar su uso con otros zapatos. Es preferible que los zapatos sean de un material transpirable natural, como por ejemplo, la piel e intentar evitar los materiales plásticos. Las suelas deben ser de goma y antideslizantes, esto ayudará a evitar caídas y resbalones innecesarios.

La puntera del zapato tiene que ser de forma redonda o cuadrada, nunca en forma de punta como los de los mayores ya que esto hará que se le opriman los deditos. Cuando estén muy gastados o bien cuando le empiecen a estar justos, llegó el momento de cambiarlos, ya que esto impide que el pie se mueva dentro del zapato. También conviene reemplazarlos si la parte del talón se deforma o se aplasta porque de este modo no está cumpliendo su función de refuerzo.

Como veis el mundo de los zapatos de nuestros pequeños es bastante amplio, pero siguiendo unos consejos básicos y unas pautas haremos que los piececitos de los pequeños de la casa no sufran y que puedan caminar bien dando pasos firmes y seguros.

Espero que os haya gustado y, si tenéis cualquier consulta o sugerencia no dudéis en poneros en contacto conmigo.

Un besote.