Los recién nacidos tienen una piel muy sensible y cómo tratar cada parte de su cuerpo es una duda que toda madre primeriza tiene en las primeras semanas de contacto con el bebé. A continuación, os damos algunos consejos básicos para proteger y cuidar de la piel del bebé. Toma nota:
La piel del recién nacido es muy sensible y delicada, por ello debemos conocer los mejores cuidados del bebé. Además, es fácil que se irrite o se produzca enrojecimiento en sus primeros meses de vida. Nada más nacer la piel va cambiando en sus primeras semanas y vemos cómo se va cayendo de los pies, manos, cara… y así sucesivamente en todo el cuerpo hasta generar una nueva capa.
No os asustéis si vuestro bebé presenta en algún momento rojeces en la zona del pañal, pequeñas erupciones cutáneas o escamas. Todas estas reacciones son de lo más normal, pero debemos consultar con el pediatra y saber cómo hacer frente a ellas.
Para una buena protección lo más importante es evitar la exposición directa al sol y utilizar siempre protectores solares específicos para recién nacidos con un factor +50 aplicándolo siempre al menos 30 minutos antes de la exposición. Muy importante protegerle aquellas zonas que no estén protegidas con ropa como los pies y los brazos si van de paseo.
Otra situación que deberás tener en cuenta son los cambios bruscos de temperatura. Calefacción en invierno, aires acondicionados… intentar siempre que el bebé se encuentre a la misma temperatura para evitar resfriados o salpullidos de la propia sudoración.
En cuanto al baño del bebé veréis cómo el primer día puede llegar a llorar un poco al verse de nuevo rodeado de agua pero en un lugar nuevo para él. No os preocupéis, le encantará. La hora del baño se convertirá en su actividad preferida y por eso es muy importante marcarla dentro de una rutina. Para ayudar al bebé a un mejor descanso es aconsejable bañarlo todos los días a la misma hora y realizarle un pequeño masaje por todo el cuerpo.
Prepara la habitación donde bañarás al bebé con una buena temperatura. Llena de agua la bañera a unos 37º y utiliza gel de baño específico para bebés sin jabón, perfumes ni colorantes. Báñalo a mano unos 10 o 15 minutos y una vez secado masajea su cuerpo con crema hidratante.
¡Ah! Y recuerda mantenerle siempre las uñas cortitas para evitar que se lastime. Un truco es hacerlo mientras duermen.
Los recién nacidos tienen una piel muy sensible y cómo tratar cada parte de su cuerpo es una duda que toda madre primeriza tiene en las primeras semanas de contacto con el bebé. A continuación, os damos algunos consejos básicos para proteger y cuidar de la piel del bebé. Toma nota:
La piel del recién nacido es muy sensible y delicada, por ello debemos conocer los mejores cuidados del bebé. Además, es fácil que se irrite o se produzca enrojecimiento en sus primeros meses de vida. Nada más nacer la piel va cambiando en sus primeras semanas y vemos cómo se va cayendo de los pies, manos, cara… y así sucesivamente en todo el cuerpo hasta generar una nueva capa.
No os asustéis si vuestro bebé presenta en algún momento rojeces en la zona del pañal, pequeñas erupciones cutáneas o escamas. Todas estas reacciones son de lo más normal, pero debemos consultar con el pediatra y saber cómo hacer frente a ellas.
Para una buena protección lo más importante es evitar la exposición directa al sol y utilizar siempre protectores solares específicos para recién nacidos con un factor +50 aplicándolo siempre al menos 30 minutos antes de la exposición. Muy importante protegerle aquellas zonas que no estén protegidas con ropa como los pies y los brazos si van de paseo.
Otra situación que deberás tener en cuenta son los cambios bruscos de temperatura. Calefacción en invierno, aires acondicionados… intentar siempre que el bebé se encuentre a la misma temperatura para evitar resfriados o salpullidos de la propia sudoración.
En cuanto al baño del bebé veréis cómo el primer día puede llegar a llorar un poco al verse de nuevo rodeado de agua pero en un lugar nuevo para él. No os preocupéis, le encantará. La hora del baño se convertirá en su actividad preferida y por eso es muy importante marcarla dentro de una rutina. Para ayudar al bebé a un mejor descanso es aconsejable bañarlo todos los días a la misma hora y realizarle un pequeño masaje por todo el cuerpo.
Prepara la habitación donde bañarás al bebé con una buena temperatura. Llena de agua la bañera a unos 37º y utiliza gel de baño específico para bebés sin jabón, perfumes ni colorantes. Báñalo a mano unos 10 o 15 minutos y una vez secado masajea su cuerpo con crema hidratante.
¡Ah! Y recuerda mantenerle siempre las uñas cortitas para evitar que se lastime. Un truco es hacerlo mientras duermen.
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