Especialistas mexicanos aseguran que tanto factores genéticos como malos hábitos durante el embarazo y una alimentación deficiente, sumado a la ingesta de algunos antibióticos durante la gestación, pueden ser causantes de deformaciones o malformaciones en las piezas dentales de los niños.
La formación de los dientes de nuestros hijos se realiza en el primer trimestre de la gestación, si durante estos meses la madre tiene una mala alimentación o ingiere ciertos medicamentos, lo único que podrá provocar son problemas en las piezas dentales de su hijo. Sobre todo si se da en la etapa de los tres a los seis meses de vida intrauterina.
Además, añadieron que el factor genético también es determinante. Si cualquiera de los padres cuenta con alguna malformación previa, hay muchas posibilidades de que sus hijos hereden dicha anomalía.
Los problemas dentales de nuestros hijos son realmente amplios y variables. Si no prestamos atención a todo lo comentado anteriormente, podemos encontrarnos con posteriores anomalías como los dientes supernumerarios (exceso de piezas dentales), una anomalía que se forma al nacer en una misma raíz varias piezas más posicionadas.
También podemos encontrarnos con dientes muy espaciados, ante la falta de nacimiento de determinadas piezas dentales entre uno y otro.
Otra anomalía posible sería encontrarnos con dientes demasiado pequeños o de mayor tamaño en comparación con el resto de las piezas dentales. E incluso podría darse el caso en el que la pieza adopta una forma extraña de cono o picuda.
Los dientes fisurados o cuarteados o aquellos que se forman cuando se fusionan a partir de la misma raíz, también son anomalías comunes.
Además, también podemos encontrar problemas en la coloración. Ingerir agua no clorada o agua con alto contenido de flúor puede originar manchas y oscurecimiento. Asimismo, también podría afectar en este caso concreto el consumo de fármacos durante el embarazo, algo que por norma general ocasiona debilitamiento dental.
Los especialistas recordaron que si bien es cierto que a priori hablamos de problemas estéticos, estas deformaciones dentales pueden dificultar las funciones básicas, como por ejemplo la masticación. Además, las anomalías dentales pueden crear espacios en los que la comida y las bacterias se acumulen con más facilidad, creando así mayores riesgos de caries.
Sin duda son datos importantes y determinantes para tener en cuenta aspectos como la alimentación durante nuestra gestación; y es que aunque la preocupación de una madre se suele centrar en otros aspectos, los dientes son de lo más importantes en un individuo.
Especialistas mexicanos aseguran que tanto factores genéticos como malos hábitos durante el embarazo y una alimentación deficiente, sumado a la ingesta de algunos antibióticos durante la gestación, pueden ser causantes de deformaciones o malformaciones en las piezas dentales de los niños.
La formación de los dientes de nuestros hijos se realiza en el primer trimestre de la gestación, si durante estos meses la madre tiene una mala alimentación o ingiere ciertos medicamentos, lo único que podrá provocar son problemas en las piezas dentales de su hijo. Sobre todo si se da en la etapa de los tres a los seis meses de vida intrauterina.
Además, añadieron que el factor genético también es determinante. Si cualquiera de los padres cuenta con alguna malformación previa, hay muchas posibilidades de que sus hijos hereden dicha anomalía.
Los problemas dentales de nuestros hijos son realmente amplios y variables. Si no prestamos atención a todo lo comentado anteriormente, podemos encontrarnos con posteriores anomalías como los dientes supernumerarios (exceso de piezas dentales), una anomalía que se forma al nacer en una misma raíz varias piezas más posicionadas.
También podemos encontrarnos con dientes muy espaciados, ante la falta de nacimiento de determinadas piezas dentales entre uno y otro.
Otra anomalía posible sería encontrarnos con dientes demasiado pequeños o de mayor tamaño en comparación con el resto de las piezas dentales. E incluso podría darse el caso en el que la pieza adopta una forma extraña de cono o picuda.
Los dientes fisurados o cuarteados o aquellos que se forman cuando se fusionan a partir de la misma raíz, también son anomalías comunes.
Además, también podemos encontrar problemas en la coloración. Ingerir agua no clorada o agua con alto contenido de flúor puede originar manchas y oscurecimiento. Asimismo, también podría afectar en este caso concreto el consumo de fármacos durante el embarazo, algo que por norma general ocasiona debilitamiento dental.
Los especialistas recordaron que si bien es cierto que a priori hablamos de problemas estéticos, estas deformaciones dentales pueden dificultar las funciones básicas, como por ejemplo la masticación. Además, las anomalías dentales pueden crear espacios en los que la comida y las bacterias se acumulen con más facilidad, creando así mayores riesgos de caries.
Sin duda son datos importantes y determinantes para tener en cuenta aspectos como la alimentación durante nuestra gestación; y es que aunque la preocupación de una madre se suele centrar en otros aspectos, los dientes son de lo más importantes en un individuo.
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