Cada vez vemos más parejas en el mundo que superan las barreras culturales y deciden compartir una vida juntos a pesar de las marcadas diferencias.

Si la convivencia ya es una odisea para muchos, la unión entre personas educadas en países tan distintos suele ser un verdadero problema al inicio del matrimonio.

Si estás casada(o) con una persona de otra cultura, es natural que existan claros contrastes en sus costumbres e incluso en la manera como conciben la relación: demostraciones de afecto, división de las tareas en casa, libertad para realizar actividades por separado. Y con la llegada del primer bebé, los desacuerdos en la manera de educarlo.

Una nueva aventura comienza con un bebé, por ello, sería ideal que definan cuál será el criterio empleado para establecer los límites en su crianza, además, de seguro te encantará compartir con él detalles sobre tu país de origen, que aunque no es el suyo, formará parte de sus raíces y será muy enriquecedor aprender cada día de él.