La idea de dar a luz en casa es una alternativa para muchas parejas cansadas de la poca intimidad de los hospitales, del abuso de la medicalización y el aumento vertiginoso de las cesáreas.

En algunos países europeos es una práctica cada vez más extendida debido a sus incontables beneficios. Entre ellos la intimidad:  la embarazada se rodea de sus seres queridos en un ambiente cálido y tranquilo. La futura madre elije la forma de dar a luz, ya sea en un parto vertical o en el agua. Nada se hace sin su consentimiento.

Si bien con los cuidados necesarios le será posible tener un parto domiciliario, incluso con menor riesgo de infecciones sobre la madre o el bebé; quienes se animan a intentarlo deben considerar lo siguiente:

Definir tu plan de gestación antes de las 28 semanas de embarazo. El médico te confirmará si estás en condiciones de dar a luz en casa. Y conforme avance tu embarazo debes realizar por lo menos cuatro visitas clínicas para los exámenes necesarios.

Prepárarse mentamente para resistir el parto sin ayuda de anestesia. Los ejercicios de relajación son ideales para este propósito.

Sigue las indicaciones de la partera durante todo el proceso. Y disfruta de este momento junto a tu pareja, quien participará activamente en el nacimiento de su bebé, será una experiencia doblemente emocionante para él.