Sobrevivir a una maternidad múltiple

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Sobrevivir a una maternidad múltiple


Dado que hoy comienza mi colaboración con este blog, creo que lo más adecuado es empezar…¡Por el principio! Así que me presento; tengo 32 años (¿ya?) y soy madre de dos mellizos de 13 meses, niño y niña, que nacieron prematuros en la semana 35 de gestación.

Foto original de: somosmultiples.wordpress.com

Todo empezó en el año 2008, durante una boda. Generalmente odio acudir a las bodas pero, en aquella época, si había algo que odiaba más que las bodas eran los niños, esos pequeños seres ruidosos e impertinentes que por alguna extraña razón no paran quietos ni un momento. Pero algo extraño ocurrió aquel día y es que, de forma inexplicable y por voluntad propia, estuve casi toda la boda jugando con la sobrina del novio. Hasta le regalé el ramo de la novia que inesperadamente cayó en mis manos.

El caso es que la experiencia no debió desagradarme del todo ya desde ese día mi reloj biológico se puso a pitar sin control como una olla exprés a punto de estallar. Y yo que pensaba que estas cosas sólo le pasaban a las lectoras del Cosmopolitan... Al principio lo achaqué a las copas de vino que había tomado con la comida y me hizo hasta gracia. Pero unas semanas después decidí rendirme a la evidencia. ¡Yo quería ser madre! O peor aún, ¡Necesitaba ser madre! ¿Cómo me podía estar pasando esto a mí? Y es que la naturaleza es así de caprichosa, tanto que me concedió mi deseo por partida doble.  

No tuve lo que se consideraría como un embarazo tranquilo ya que estuve de baja desde el segundo mes de embarazo, primero por un hematoma en la placenta, y más tarde porque mi hija tenía un retraso en el crecimiento. En la ecografía de la semana 20 los médicos me empezaron a plantear la posibilidad de que mi hija no sobreviviese al embarazo, así que me pase las semanas siguientes haciendo reposo e inflándome a proteínas (y llorando como una magdalena en mis ratos libres). Lo que aquel doctor no sabía es que mi hija es tan tozuda como yo y ya había tomado la decisión de nacer, así que un caluroso día de agosto del año 2011 llegó a este mundo con tan sólo 1 kilo de peso pero muchísimas ganas de luchar. Quince minutos antes había nacido su hermano, pesando más de 2 kilos y llorando a todo pulmón porque le estaban sacando a la fuerza de aquel lugar en el que estaba tan a gusto.

Dos meses después mi hija recibió el alta y empezó mi nueva vida como multimadre a tiempo completo. Cuando acabó mi baja maternal decidí cogerme una excedencia de un año para dedicarme única y exclusivamente a disfrutar de ellos. Durante este tiempo he descubierto que me encantan sus besos babosos, sus manitas pringosas de galleta e incluso sus gritos de impaciencia cuando tienen hambre.

Como todo el mundo sabe, la vida de ama de casa con dos bebés lactantes es una vida cómoda y muy descansada así que en mis numerosos ratos libres decidí crear un blog que se llama Somos Múltiples para compartir mis experiencias con otras madres. Y a partir de ahora podréis encontrarme también por aquí, hablando sobre embarazo, maternidad, lactancia y crianza desde la perspectiva de una madre múltiple que hace lo que puede para criar a sus hijos con respeto y mucho amor, sin morir en el intento ni perder el sentido del humor.

cerandina


Dado que hoy comienza mi colaboración con este blog, creo que lo más adecuado es empezar…¡Por el principio! Así que me presento; tengo 32 años (¿ya?) y soy madre de dos mellizos de 13 meses, niño y niña, que nacieron prematuros en la semana 35 de gestación.

Foto original de: somosmultiples.wordpress.com

Todo empezó en el año 2008, durante una boda. Generalmente odio acudir a las bodas pero, en aquella época, si había algo que odiaba más que las bodas eran los niños, esos pequeños seres ruidosos e impertinentes que por alguna extraña razón no paran quietos ni un momento. Pero algo extraño ocurrió aquel día y es que, de forma inexplicable y por voluntad propia, estuve casi toda la boda jugando con la sobrina del novio. Hasta le regalé el ramo de la novia que inesperadamente cayó en mis manos.

El caso es que la experiencia no debió desagradarme del todo ya desde ese día mi reloj biológico se puso a pitar sin control como una olla exprés a punto de estallar. Y yo que pensaba que estas cosas sólo le pasaban a las lectoras del Cosmopolitan... Al principio lo achaqué a las copas de vino que había tomado con la comida y me hizo hasta gracia. Pero unas semanas después decidí rendirme a la evidencia. ¡Yo quería ser madre! O peor aún, ¡Necesitaba ser madre! ¿Cómo me podía estar pasando esto a mí? Y es que la naturaleza es así de caprichosa, tanto que me concedió mi deseo por partida doble.  

No tuve lo que se consideraría como un embarazo tranquilo ya que estuve de baja desde el segundo mes de embarazo, primero por un hematoma en la placenta, y más tarde porque mi hija tenía un retraso en el crecimiento. En la ecografía de la semana 20 los médicos me empezaron a plantear la posibilidad de que mi hija no sobreviviese al embarazo, así que me pase las semanas siguientes haciendo reposo e inflándome a proteínas (y llorando como una magdalena en mis ratos libres). Lo que aquel doctor no sabía es que mi hija es tan tozuda como yo y ya había tomado la decisión de nacer, así que un caluroso día de agosto del año 2011 llegó a este mundo con tan sólo 1 kilo de peso pero muchísimas ganas de luchar. Quince minutos antes había nacido su hermano, pesando más de 2 kilos y llorando a todo pulmón porque le estaban sacando a la fuerza de aquel lugar en el que estaba tan a gusto.

Dos meses después mi hija recibió el alta y empezó mi nueva vida como multimadre a tiempo completo. Cuando acabó mi baja maternal decidí cogerme una excedencia de un año para dedicarme única y exclusivamente a disfrutar de ellos. Durante este tiempo he descubierto que me encantan sus besos babosos, sus manitas pringosas de galleta e incluso sus gritos de impaciencia cuando tienen hambre.

Como todo el mundo sabe, la vida de ama de casa con dos bebés lactantes es una vida cómoda y muy descansada así que en mis numerosos ratos libres decidí crear un blog que se llama Somos Múltiples para compartir mis experiencias con otras madres. Y a partir de ahora podréis encontrarme también por aquí, hablando sobre embarazo, maternidad, lactancia y crianza desde la perspectiva de una madre múltiple que hace lo que puede para criar a sus hijos con respeto y mucho amor, sin morir en el intento ni perder el sentido del humor.

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