Quizás algunas de ustedes vivan su primer embarazo con mucha espectativa, y de seguro otras se sienten igual de emocionadas en esta segunda o tercera ocasión, pero con menos temores y tal vez más relajadas que en su primera experiencia.

Por ejemplo, es natural que hace unos años te adelantaras en comprar ropa de maternidad cuando nisiquiera tenías pancita. Ahora, en tu tercer embarazo te has vuelto más práctica, y usas ropa casual hasta cierto mes o la adaptas a tu contextura sin problemas.

Si te preparaste en las clases preparto como toda primeriza y aprendiste los ejercicios de respiración, luego del parto tal vez opines que de mucho no te sirvieron porque no lograste recordar las indicaciones ni disminuir el dolor. En tu siguiente embarazo, la epidural parece ser una mejor alternativa.

Todo era nuevo para ti con el nacimiento de tu primogénito, antes te asustabas ante su llanto y corrías de prisa al mínimo quejido o movimiento, pero en tus siguientes experiencias como madre, ya conoces en qué momento es necesario acercarte y cuando alarmarte.

Mientras más responsabilidades tengas en casa, mayor será la necesidad de orden para tener a tus peques bien atendidos y también a tu pareja. Los cuidados seguirán siendo los mismos, el punto será encontrar cómo hacerlo todo más sencillo.