Según un reciente estudio sobre el Tratamiento de los Trastornos Depresivos realizado por la directora del Centro Asher de la Universidad Northwestern, Katherine Wisner, el control del dolor durante el parto y después del mismo puede reducir considerablemente el riesgo a la conocida como depresión posparto.
El estudio de Wisner se basa en un estudio chino que encontró que las mujeres que durante el parto habían controlado los dolores mediante la epidural, presentaban muchos menos riesgos de depresión posparto.
Las cifras son claras, las mujeres que recibieron la epidural durante el parto vaginal presentaron una tasa de un 14% de depresión a las seis semanas tras el parto en comparación con un 35% de aquellas que no obtuvieron epidural.
El estudio no termina ahí; y es que al parecer, la lactancia materna es mucho más frecuente en el grupo de mujeres que reciben epidural para soportar mejor el dolor del parto. Así, el 70% de las mujeres a las que se les suministró la epidural pudieron dar el pecho sin problema a sus hijos frente a un 50% de las mujeres que tuvieron partos naturales y sin anestesia.
Cabe destacar que la doctora quiso recordar que en el tema de la depresión posparto también influyen factores biológicos y emocionales, así como que este cuadro es presentado por casi el 15% de las mujeres que dan a luz.
Según la opinión de Winer, el control del dolor ayuda a que la madre tenga un buen comienzo en lugar de empezar a cuidar de su bebé cansada y dolorida. Es evidente que un parto siempre entraña dolor, por eso, lo importante es intentar controlarlo para que las futuras madres puedan ejercer su papel desde el principio de forma cómoda.
Según un reciente estudio sobre el Tratamiento de los Trastornos Depresivos realizado por la directora del Centro Asher de la Universidad Northwestern, Katherine Wisner, el control del dolor durante el parto y después del mismo puede reducir considerablemente el riesgo a la conocida como depresión posparto.
El estudio de Wisner se basa en un estudio chino que encontró que las mujeres que durante el parto habían controlado los dolores mediante la epidural, presentaban muchos menos riesgos de depresión posparto.
Las cifras son claras, las mujeres que recibieron la epidural durante el parto vaginal presentaron una tasa de un 14% de depresión a las seis semanas tras el parto en comparación con un 35% de aquellas que no obtuvieron epidural.
El estudio no termina ahí; y es que al parecer, la lactancia materna es mucho más frecuente en el grupo de mujeres que reciben epidural para soportar mejor el dolor del parto. Así, el 70% de las mujeres a las que se les suministró la epidural pudieron dar el pecho sin problema a sus hijos frente a un 50% de las mujeres que tuvieron partos naturales y sin anestesia.
Cabe destacar que la doctora quiso recordar que en el tema de la depresión posparto también influyen factores biológicos y emocionales, así como que este cuadro es presentado por casi el 15% de las mujeres que dan a luz.
Según la opinión de Winer, el control del dolor ayuda a que la madre tenga un buen comienzo en lugar de empezar a cuidar de su bebé cansada y dolorida. Es evidente que un parto siempre entraña dolor, por eso, lo importante es intentar controlarlo para que las futuras madres puedan ejercer su papel desde el principio de forma cómoda.
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