Cuando haces la pregunta de cuáles han sido los días más bonito de tu vida, la mayoría de las personas responderían que fue el día de su boda y cuando nacieron sus hijos. Para Jason y Stephanie ambas cosas ocurrieron en tan sólo 24 horas.
De parto en el octavo mes de embarazo
Stephanie se encontraba en su octavo mes de embarazo realizándose una revisión rutinaria cuando le dijeron que ya había comenzado el trabajo de parto. Esto fue todo una sorpresa para ella y su pareja Jason. Además, le comunicaron que el parto no podría ser natural, sino que tendría que someterse a una cesárea de urgencia. Para ellos estaba sucediendo demasiado pronto, no lo tenían todo preparado. Estaba todavía pendiente su boda, ya que deseaban casarse antes de tener a su bebé entre sus brazos.
Preparar una boda en minutos
Después del susto inicial, se pusieron en acción y decidieron que su boda se celebraría antes de que naciera su hijo y que además sería en el hospital de Houston, Estados Unidos, donde en pocas horas se le practicaría la cesárea a la futura mamá.
Esto sería posible gracias a que justo el día anterior habían obtenido su licencia de matrimonio. Jason corrió al coche a por el documento y recordó que en el maletero había un vestido blanco que acababan de recoger de la tintorería, ya tenían también el traje de novia.
Una enfermera le prestó a Stephanie un collar de perlas y ataron el ramo de flores, donado por la ginecóloga de la novia, con una cinta con el nombre del hospital que curiosamente era azul. Con todo preparado el capellán de la clínica en presencia de varios trabajadores casó a esta pareja, ambos de 41 años. Finalmente y solo unas pocas horas después llegó al mundo Sophia con casi tres kilos de peso, la hija de estos recién casados.
Sin duda la pequeña ha llegado a la vida de sus padres en el día más feliz de sus vidas.
