Através de los movimientos oscilatorios, la mujer ejercita el canal del parto, la espalda y el piso pélvico.
Se cree que favorece el alumbramiento gracias a los movimientos de rotación de pelvis.
Disminuye los problemas digestivos debido al masaje recibido en el vientre y en las caderas.
Fortalece el corazón y nuestra resistencia en los brazos.
La danza de los velos además de ser muy sensual nos permite liberar endorfinas y sentirnos más rejaladas y con mayor energía. ¿Te animarías a practicarla?
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