¿Eres fiel a ti misma?


Si te sorprendes con frecuencia actuando conforme a lo que se espera de ti en lugar de a lo que realmente te gustaría, esto te puede interesar.

A menudo ocurre que nos han enseñado a ser complacientes y obedientes, y ante una pregunta donde se te plantean opciones, contestas educadamente que te da igual, dejando así la decisión en manos de otros y alejándote de quién eres, aunque a primera vista parezca una exageración.

Cuando repites esta respuesta de forma casi sistemática, si constantemente te da igual ocho que ochenta, es fácil que llegue un momento en el que no sepas ni siquiera lo que te gusta.

En el otro extremo estarías si tuvieras claro cristalino lo que quieres y de ahí no te sacaran ni con agua caliente, convirtiéndote en demasiado estricta y quizá dificultándote la interacción con el resto.

El equilibrio perfecto se da cuando te conoces bien, sabes lo que quieres, sabes cómo expresarlo pero eres flexible cuando la situación lo requiere.

Por ejemplo si tu pareja y tú estáis decidiendo un destino de vacaciones habría una gran diferencia entre no tener nunca opinión o no ceder ante la suya, pero si cada uno expone lo que le apetece y se llega a un acuerdo, ninguno está renunciando a lo que realmente quiere.

Hay varias señales que te pueden avisar si te estás alejando de ti misma, y aquí te las dejo:

  • Situación: Dices que sí cuando quieres decir que no (sobretodo cuando nazca el bebé es especialmente estresante no tener esto claro ya que todo el mundo opinará y te dirá que hagas las cosas como ellos creen). Solución: Sé más asertiva. Respeta tus propias opiniones y aprende a expresarlas de forma que no caigan como algo agresivo o como si estuvieras haciendo algo malo.
  • Situación: Te avergüenzas de algo que te gusta (por ejemplo si te gustan los patucos rosas con cuarenta lacitos o un marco de fotos con purpurina y sabes que te van a criticar por ello). Solución: No tengas miedo de mostrar tus gustos. Si no se respetan, el problema no es tuyo si no de la otra persona.
  • Situación: Te resignas ante lo que te rodea y no te gusta (ya sea exceso de tareas en casa, tener que encargarte de todo lo del futuro bebé, que alguien intente imponerte el nombre etc). Solución: No lo hagas. La resignación convierte tu situación en estática y lo que necesitas es que cambie y trabajar en que se convierta en algo con lo que te sientas cómoda.
  • Situación: Finges tus reacciones (no me refiero a agradecer un regalo que te parece horrible en un momento dado, si no a cosas como si acabas de dar a luz y hay una visita que no hay forma de que se vaya ni aún cuando necesitas descansar). Solución: Esto es ir poniendo parches a quién eres y qué quieres o necesitas en cada momento y solamente te traerá frustración. Tienes que ser fiel a ti misma y actuar en coherencia.

El resultado de no hacerte caso puede ser que un día explotes y que pillen confesaos a los que te rodean, porque les caerán por todas partes y no entenderán nada. Además, luego vendrá el sentimiento de culpa a pasarte factura y te sentirás fatal por haber tenido una reacción desproporcionada... No compensa, ¿verdad?

Es fundamental por tanto que te empieces a plantear desde YA si realmente actúas en función de lo que se espera de ti o, como anticipaba antes, en función de lo que realmente quieres y eres.

Ya sabes, el primer paso siempre va a ser conocerte a ti misma.

© 2008 - 2024 () elembarazo.net. Todos los derechos reservados.

o

Inicia Sesión con tu Usuario y Contraseña

o    

¿Olvidó sus datos?

o

Create Account