Puerperio emocional, la trampa del pensamiento

Me pasé el puerperio de mi primer hijo dándole vueltas y vueltas a la cabeza para nada. Ahora camino de mi tercero, he aprendido. Lo mejor que hice con la segunda fue no detenerme a pensar, los pensamientos no cocinan, ni ponen lavadoras, ni abrazan. Qué equivocada estuve. ¡La de tonterías que pasaron  por mi cabeza!

He escuchado comentarios de este tipo muchas veces. Y seguro que tanto tú como yo lo hemos pensado en muchas ocasiones.


Somos lo que pensamos, nos definen nuestros pensamientos. Ellos nos condicionan y nos dirigen, en ocasiones, hacia lugares sombríos y destartalados. Suele pasar en el puerperio. El puerperio, ese tiempo detenido, que nos ancla y nos rescata, está ahí. Un lugar en el que cohabitan con desgarradora frecuencia el amor y el desconcierto como si fueran amantes.

“Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos.” Buda

Hay un posparto más importante, más vivido y real que el posparto físico. Hablo del terreno emocional, ese camino por el que transitamos a solas con nuestros miedos, dudas e ilusiones. Y en ese espacio tan frágil y vulnerable de nuestra vida, aparecen pensamientos que como ángeles o diablillos pueden elevarnos o sumirnos en la más completa desolación.

Hoy quiero hablar de cuatro tipos de pensamientos que pasan por nuestra cabeza. Identificarlos y conocerlos es el primer paso para dejarlos marchar o abrazarlos.

  1. Pensamientos positivos.Son aquellos que nutren nuestra alma y nuestro corazón.  Aquellos que nos ayudan a afrontar los conflictos tratando de encontrar soluciones. Aceptar y hacer nuestro el dicho de “Si tiene solución, ¿por qué te preocupa? Y si no tiene solución, ¿por qué te preocupa?  Aquí se encuentran pensamientos de tolerancia, paciencia y sensatez.
  2. Pensamientos inútiles.  Aquellos que resultan inservibles  y devastadores. Capaces de  destrozar la autoconfianza y el autorrespeto, haciendo añicos  nuestra  frágil  autoestima.  Anclados en el pasado que no existe ni podemos cambiar suelen ser del tipo: Si hubiera hecho… Me vería de otra manera si… Inevitablemente, también contemplan el futuro lejano. Qué va ocurrir si… Qué pasaría si…  Se sabe que diariamente podemos gestar una media de cuarenta mil pensamientos ineficaces. Aunque en el puerperio pueden ser muchos más. Cuando nos vemos tan vulnerables, pequeñitas, agobiadas y agotadas todo parece un cielo de nubes negras. Estos pensamientos nos debilitan y agotan.
  3. Pensamientos negativos o intrusivos.Son los más dañinos y perjudiciales.  Una especie de autocastigo que no merecemos. Cuando estas ideas van dirigidas a nosotras mismas, dañan nuestras estructuras más profundas.   Aparecen en momentos de actividad, al realizar  varias tareas.  Suelen ser del tipo: soy un desastre, no valgo para nada
  4. Pensamientos necesarios. Corresponden a nuestro quehacer cotidiano. Organización del tiempo, gestión de actividades y un largo, etc.

Piensa en positivo. Es mejor dirigirse hacia lo que se quiere conseguir que alejarse de lo que se pretende olvidar. En el puerperio es bueno despertar   esa voz dormida que nos habla de los logros conseguidos en nuestra vida. Que nos cuenta bajito al oído lo fuerte que fuimos en tiempos pasados, que nos muestra la ilusión que guiaba nuestras sabias decisiones, lo sensatas que siempre nos hemos mostrado. Porque al final, y al principio, eso es lo que importa, saber que logramos metas que parecían inalcanzables, que fuimos fuertes  y que de la misma forma esta cuesta vital, será igualmente escalada. Confía en ti.

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