El Yodo es esencial para una gestación sana

yodo en el embarazo

Una embarazada debe tener en cuenta su dieta para poder aportar a su futuro hijo todos los nutrientes y otras sustancias. Aquellos que lograrán una mejor formación y desarrollo del feto. Si bien es cierto que existen muchos estudios sobre este asunto, es un campo en el que continuamente encontramos novedades interesantes. Por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría acaba de publicar un estudio en la revista Pediatrics en la que pone de manifiesto la importancia del Yodo durante el embarazo y la lactancia.


Importancia del Yodo durante el embarazo

La Academia Americana de Pediatría se encargó de realizar un estudio en el que se dio cuenta de que hasta un tercio de las embarazadas presentan deficiencias de yodo durante la gestación. Si bien es cierto que antes del estudio hubiera sido un mero dato anecdótico, al parecer, el problema reside en que este yodo es el encargado de producir la hormona tiroidea, un componente esencial para que el desarrollo del bebé sea normal. Es precisamente este yodo el que ayuda al desarrollo cerebral del feto durante toda la gestación. Por tanto es algo a tener muy en cuenta.

El Yodo lo obtenemos a partir de la sal yodada. El problema es que con los alimentos procesados aumenta el déficit de esta; y es que estos alimentos no cuentan con sal yodada.

El informe de estos investigadores advierte de que una deficiencia grave podría terminar en problemas de desarrollo físico y mental, e incluso en el funcionamiento del cerebro.

Yodo durante la lactancia

Si bien es cierto que el Yodo es esencial durante la gestación, durante la lactancia sigue siendo esencial para el correcto desarrollo de nuestro bebé. Así, la Academia Americana de Pediatría establece que las mujeres que amamantan y optan por la lactancia materna deben tomar un complemento de yodo con al menos 160 microgramos de yodo y usar además sal yodada. En total, nuestra ingesta combinada con las comidas y complementos debe ser de unos 290 microgramos de yodo al día.

Este estudio también sugiere que las futuras mamás y las lactantes eviten en la medida de lo posible el nitrato. Este nitrato está presente en las aguas subterráneas. Asimismo, también hay que evitar el tiocianato, normalmente presente en el humo del tabaco y en algunas verduras tales como el brócoli, coliflor y col. Estos productos químicos quedan fuera de la dieta por alterar la capacidad de procesar el yodo.

La Academia terminó el informe pidiendo al Gobierno de los Estados Unidos que regule la presencia del perclorato en las aguas fluviales, pues es bastante nocivo para las hormonas tiroideas. Asimismo, pidió que se tomen medidas para que los consumidores puedan identificar la presencia de yodo en los alimentos, como se viene haciendo con otros elementos, sustancias y nutrientes.

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