Seguro que más de una vez nos hemos fijado en que cuando nace un bebé muchos y muchas acuden al hospital o a la casa de la nueva mamá con el fin de conocer al pequeño, al que se empeñan en coger todo el tiempo. La madre, que aún se está recuperando del trabajo del parto y de todas las emociones que le acompañan, hay veces que no se ve capaz de reconducir la situación. Esto hace que en esos días tan fundamentales para establecer un vínculo adecuado apenas pase tiempo con su hijo, salvo cuando debe darle de comer. Esta separación temporal no es positiva por supuesto, pero si se prolongara podría suponer serios problemas para el niño.
Una madre y su hijo no deben separarse
Quizás te parezca un tanto exagerada la introducción que hemos utilizado, pero para muchas madres esos primeros días se convierten en casi una pesadilla debido a las múltiples visitas que reciben. Pero seguramente para la criatura tampoco sea beneficioso el estar alejada de la persona que hasta el momento ha sido su figura central.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad McMaster de Canadá ha concluido que la separación durante la infancia entre madre e hijo puede acarrear ciertas alteraciones en la microbiota intestinal del pequeño, desencadenando trastornos en su comportamiento que en ocasiones permanecen hasta que llega a adulto, tal y como han podido comprobar con roedores.
Experiencia traumática para el niño
Esto es debido a que el estrés que sufre el niño al ser separado de su madre causa una disfunción en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal que desemboca en alteraciones de algunas funciones neurológicas. Todo ello, al parecer, afectaría no sólo al sistema nervioso centras sino también al conjunto de emociones del pequeño.
Pero, además de aumentar el peligro de sufrir enfermedades digestivas, también incide en el desarrollo de ciertas enfermedades psiquiátricas como la depresión. Para realizar el estudio se han empleado ratones libres de gérmenes y convencionales para obtener este tipo de conclusiones.
Por supuesto estas situaciones se dan en ocasiones mucho más serias que las comentadas al principio, en separaciones traumáticas entre madre e hijo. Pero, este estudio nos muestra cuán importante es fomentar esa unión.
