Las siestas son una parte importante del total de las horas de sueño que tu bebé necesita para desarrollarse adecuadamente.
Durante los primeros días de vida, semanas e incluso los dos o tres primeros meses, los bebés pasan muchísimas horas del día durmiendo, y pueden hacer cuatro o cinco siestas diarias en periodos de entre 3 y 4 horas.
Entre los 4 y 12 meses normalmente las siestas del bebé se limitan a dos al día, normalmente una por la mañana y otra por la tarde.
En cualquier caso, según los expertos, es recomendable que estas siestas sean planeadas y se cojan como hábito en unas horas determinadas del día. Lo que NO nos recomiendan es acostumbrar al pequeño a dormir en el carro o en el coche ya que debe desarrollar un buen hábito de sueño.
Para las siestas debemos seguir las mismas pautas que utilizamos cuando acostamos al pequeño por la noche.
Debemos mantener las siestas entre una y tres horas de duración, aunque para los padres, las siestas más largas puedan parecer algo bueno que nos da tiempo para nosotros, pero esto puede resultar ser un arma de doble filo ya que puede interferir con el sueño nocturno del bebé.
Por lo mismo intentad que la segunda siesta no sea demasiado tarde ya que sino será difícil que concilie el sueño por la noche.
Hay bebés a los que les resulta difícil dormir la siesta, y aún así, hay que intentar animarlos a pasar un rato tranquilos, sentados en el sofá tranquilamente, abrazándolo, poniéndolo en la cuna con algún juguete o algún libro que lo mantenga tranquilo durante su horario habitual de siesta.
Espero que este artículo os haya aclarado algo sobre las siestas de los más pequeños de la casa.
Lo más importante es tener paciencia y transmitirles tranquilidad.
