En el curso preparto nos tocó una clase práctica: las posturas para el trabajo de parto. Por un lado están las previas, antes de dar a luz, y por otro las más adecuadas para empujar, cuando llega la hora de que el bebé nazca.
Lejos de las entusiastas imágenes a encontrar en el Kamasutra o de las maniobras circenses a adoptar hacia el final del embarazo con el mismo fin, estas posiciones tienen mucho menos sex appeal.
Vimos cinco posturas para pasar por la parte más fuerte de las contracciones en el camino hacia la dilatación:
- En cuclillas y con las piernas abiertas, sujetada por los brazos de tu pareja, que está parada en posición enfrentada.
- En cuclillas con la espalda apoyada en tu pareja, que está sentado en una silla por detrás y te alivia mientras con masajes.
- Sentada como chinito con el torso relajado un poco hacia adelante.
- Parada con las piernas abiertas, el torso inclinado y los brazos apoyados en el respaldo de una silla o una superficie de altura mediana, mientras la pareja por detrás masajea tu cintura.
- En una silla sentada casi en la punta con las piernas abiertas y la cabeza hacia abajo. También se puede estar sentada en el inodoro o en una pelota en lugar de estar sentada en una silla.
Ninguna de estas posturas es de una comodidad que descolla, aún practicándolas sin contracciones. Mis preferidas son la 4 y la 5 con pelota. Veremos qué pasa cuando llegue el momento del parto.
Uno puede recorrer distintas posturas de acuerdo al dolor o las molestias, o quizás quedarse con una. También está la posibilidad de quedarse en la cama. La ventaja de adoptar alguna de las posturas de preparto enumeradas es que actúa la gravedad y acorta los tiempos de esta fase del parto.
