No podemos negar que en los últimos meses, incluso años, estamos asistiendo a un auténtico baby boom en las artistas de Hollywood. Muchas son las que han experimentado embarazos recientemente tales como Olivia Wilde, Kerry Washington, Penélope Cruz, Elsa Pataky o Doutzen Kroes. Todas ellas se han mostrado durante y después del embarazo, y en todas esas apariciones lo han hecho realmente radiante. Muchos podrían ver esto como una auténtica inspiración para las mamás cotidianas, pero lo cierto es que ahora, un estudio publicado en el Journal Psychology & Marketing y recogido por The Cut, muestra que las embarazadas son bastantes sensibles a los embarazos de las celebridades.
Mamás acomplejadas
Sin fijarnos en el tema de la maternidad, lo cierto es que está comprobado que algunas imágenes de las radiantes estrellas de cine o personalidades del mundo artístico en general pueden generar problemas de autoestima en el posparto en mujeres normales y corrientes. Así, no es de extrañar que durante el embarazo, momento en el que las mujeres por norma general están bastante más sensibles, estas imágenes puedan también hacer algún tipo de estrago en su autoestima.
Jayne Krisjanous, profesora de Marketing de la Victoria University of Wellington de Nueva Zelanda, ha sido la encargada de realizar este estudio. En el mismo han participado nada más y nada menos que 400 mujeres embarazadas.
Los resultados hablan por sí solos. Según Krisjanous, las embarazadas más obsesionadas con el mundo de las celebridades, y con ello en la maternidad VIP, suelen estar preocupadas también en exceso por su propio aspecto. Así, este tipo de mujeres son las que se estresan muchísimo más cuando comienzan a ganar peso durante el embarazo. Este tipo de estrés puede derivar en una insatisfacción general del cuerpo y una posible depresión.
Lo cierto es que muchas de estas mujeres obsesionadas con su cuerpo antes del embarazo no suelen engordar ni la mitad de lo que lo harían otras mujeres durante la gestación. Si bien mantenerse en un peso saludable durante el embarazo es necesario, tampoco es bueno que la madre esté sometida a tantísimo estrés.
No obstante, la conclusión más sorprendente y más preocupante del estudio es que esa preocupación excesiva por la imagen también puede repercutir en la conexión con el bebé antes de su nacimiento.
