A pesar de que el embarazo se nos hace largo, eterno, ninguna de nosotras quiere que finalice antes de tiempo. De hecho un parto prematuro es uno de los temores que tenemos durante toda la gestación. Algo lógico por otra parte ya que somos conscientes de todos los problemas que conlleva un bebé prematuro. Afortunadamente los adelantos de la medicina hacen que estos niños que llegan antes de su hora tengan un mejor pronóstico de supervivencia, aunque a veces ni los propios médicos apuesten por ello.

Rotura de bolsa en la semana 18

Michael Moloney es un bebé que sin duda tenía prisa por llegar a este mundo. En la semana 18 su madre comenzó a sentir dolores de parto y días después rompió aguas. Cuando fue al hospital los médicos no pudieron darle peores noticias, le dijeron que tenían que provocarle el parto ya que de no hacerlo con toda seguridad sufriría un aborto natural. Pero ella no estuvo de acuerdo y decidió buscar el milagro. El embarazo siguió adelante con mucho esfuerzo.

En la semana 24 la señora Moloney tuvo que ser ingresada, aun así su bebé permaneció un poco más de tiempo dentro de mamá, algo clave sin duda. Sin embargo en la semana 26 ya no quiso esperar y su madre se puso definitivamente de parto. Por si no hubiera pocas complicaciones, el bebé nació de nalgas. Michael Moloney pesó algo más de medio kilo. Los médicos estuvieron durante 20 minutos tratando de reanimarlo y al final el bebé comenzó a respirar. Aun así el pequeño tenía daños pulmonares y los doctores no garantizaban que pudiera sobrevivir.

Si hay algo que estaba claro en ese momento es que Michael era un gran luchador, así que continúo esforzándose por vivir. Poco a poco fue ganando peso y superando sus problemas respiratorios.

Ahora un año después hemos conocido está historia y sabemos que Michael es un niño algo más pequeño que los de su edad, pero que por lo demás está bien. Sus padres no pueden creerse que lo haya conseguido y creen que es todo un milagro. Nosotros estamos totalmente de acuerdo.