Según informó la publicación médica The Lancet, el niño nació prematuramente pesando tan sólo 1,8 kilogramos. No obstante, su estado era bueno, al igual que el de la madre, por lo que en pocos días obtuvieron el alta.
Cabe destacar que esta mujer, cuya identidad no ha sido desvelada, estaba entre un grupo de nueve mujeres que se sometieron a un estudio experimental en el que se les implantaba un nuevo útero. Dos de ellas están embarazadas. Sin duda alguna, se trata de un avance de lo más positivo para miles de mujeres que no pueden tener hijos debido a que perdieron su útero por problemas asociados al cáncer u otros.
Este nacimiento ha sido el resultado de un estudio de más de diez años. Se utilizó fertilización in vitro para poder producir unos 11 embriones sanos que fueron congelados al instante.
Tras esto, comenzaba la fase en la que la Universidad de Gotemburgo trasplantaba el útero a esta mujer. El útero provenía de una donante de 61 años, amiga de la familia, la cual había pasado por la menopausia siete años antes.
Tras un largo año en el que la paciente se sometió a medicamentos inmunosupresores para evitar rechazo, los médicos decidieron que era el momento idóneo para realizar el implante de los embriones. A partir de ese momento, esta mujer quedó embarazada.
La gestación iba perfectamente. No obstante, a partir de la semana 31 comenzaron a presentarse algunas complicaciones. Según cuentan los médicos: “sólo encontramos un episodio de rechazo durante el embarazo, que fue tratado con corticosteroides; la mujer ha estado trabajando hasta el día antes del nacimiento”.
Se programó una cesárea para la semana 34. No obstante, estos acontecimientos de última hora hicieron que se adelantara dos semanas; y es que la madre presentó preeclampsia, un trastorno peligroso que cursa hipertensión muy elevada.
Desconocen el motivo por el que padeció dicha condición, aunque diversos factores podrían explicarlo. Por ejemplo, el sometimiento a una FIV o la falta de uno de sus riñones. Quizá esto, sumado a la toma de inmunosupresores y la edad del órgano donado pudieran ser la clave del rechazo.
Aun así, tras la cesárea y el parto prematuro, el niño gozaba de salud al igual que la madre. “Sentimos mucha felicidad, pero a la vez, una senasción irreal”, explica uno de los ginecólogos suecos.
La idea sería retirar el útero trasplantado. No obstante, los médicos creen que aun puede intentar un segundo embarazo, por lo que los pasos a seguir a partir de ahora no están del todo claros. Lo que sí está claro es que se trata de un gran avance y una esperanza para todas esas mujeres que no cuentan con útero y quieren ser madres.
Según informó la publicación médica The Lancet, el niño nació prematuramente pesando tan sólo 1,8 kilogramos. No obstante, su estado era bueno, al igual que el de la madre, por lo que en pocos días obtuvieron el alta.
Cabe destacar que esta mujer, cuya identidad no ha sido desvelada, estaba entre un grupo de nueve mujeres que se sometieron a un estudio experimental en el que se les implantaba un nuevo útero. Dos de ellas están embarazadas. Sin duda alguna, se trata de un avance de lo más positivo para miles de mujeres que no pueden tener hijos debido a que perdieron su útero por problemas asociados al cáncer u otros.
Este nacimiento ha sido el resultado de un estudio de más de diez años. Se utilizó fertilización in vitro para poder producir unos 11 embriones sanos que fueron congelados al instante.
Tras esto, comenzaba la fase en la que la Universidad de Gotemburgo trasplantaba el útero a esta mujer. El útero provenía de una donante de 61 años, amiga de la familia, la cual había pasado por la menopausia siete años antes.
Tras un largo año en el que la paciente se sometió a medicamentos inmunosupresores para evitar rechazo, los médicos decidieron que era el momento idóneo para realizar el implante de los embriones. A partir de ese momento, esta mujer quedó embarazada.
La gestación iba perfectamente. No obstante, a partir de la semana 31 comenzaron a presentarse algunas complicaciones. Según cuentan los médicos: “sólo encontramos un episodio de rechazo durante el embarazo, que fue tratado con corticosteroides; la mujer ha estado trabajando hasta el día antes del nacimiento”.
Se programó una cesárea para la semana 34. No obstante, estos acontecimientos de última hora hicieron que se adelantara dos semanas; y es que la madre presentó preeclampsia, un trastorno peligroso que cursa hipertensión muy elevada.
Desconocen el motivo por el que padeció dicha condición, aunque diversos factores podrían explicarlo. Por ejemplo, el sometimiento a una FIV o la falta de uno de sus riñones. Quizá esto, sumado a la toma de inmunosupresores y la edad del órgano donado pudieran ser la clave del rechazo.
Aun así, tras la cesárea y el parto prematuro, el niño gozaba de salud al igual que la madre. “Sentimos mucha felicidad, pero a la vez, una senasción irreal”, explica uno de los ginecólogos suecos.
La idea sería retirar el útero trasplantado. No obstante, los médicos creen que aun puede intentar un segundo embarazo, por lo que los pasos a seguir a partir de ahora no están del todo claros. Lo que sí está claro es que se trata de un gran avance y una esperanza para todas esas mujeres que no cuentan con útero y quieren ser madres.
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