Hoy es un día muy especial, y es que es el cumpleaños de mi sobrina Alma, un tesoro de 3 años que jugó un papel muy importante en la decisión de dedicarme a este nicho de madres y futuras madres.

Si algo me ha quedado claro en el tiempo que llevo ejerciendo de “mami putativa” con mis sobrinos y que espero con ilusión de mi bebé en camino, es que de ellos podemos aprender casi más de lo que les vamos a enseñar. En su día hice una lista de cosas que comparto ahora contigo:

1. Contágiate de su energía y entusiasmo: mi tía dice muchas veces de broma: ¿les puedo dar ya el Orfidal? Y es que no hay quien los pare. Recuerda siempre que esa energía es pura vida, y que aunque tú te agotes, es una maravilla observar y contagiarse de su ritmo inagotable.
2. Mira las cosas como si fuera la primera vez: y es que creces y te pierdes en todo lo que repites una y otra vez. Das por hecho tus sentidos y tu bebé te enseñará a observar las cosas como si fuera la primera vez. No tiene precio.
3. Di lo que piensas y sientes: más de una vez te pondrán en un aprieto, pero por otro lado, ¡anda que no está bien ir por ahí sin preocuparse de que si lo que dices caerá bien o mal!. Ellos son transparentes, así que lejos de inhibirles, enséñales las formas pero respeta siempre su fondo, y haz lo mismo contigo, verás qué cambio.
4. No tengas miedo, pregunta: acabarás hasta el moño de que te pregunte el porqué de todo, pero al menos ellos no se quedan con la duda. Es una lección muy valiosa y que nos recuerda que no hay nada de malo o vergonzoso en preguntar aquello que no sepamos.
5. Levanta el culo: de mayores nos enseñan que la persistencia es un valor en alza, y casualmente los niños pueden convertirse en tus mejores maestros. Pesaos, sí, y cansinos, pero que apenas conocen el significado de rendirse. No importa cuántas veces se caigan, ellos se levantarán. ¿Podrías decir tú lo mismo de ti?
6. Disfruta: Parece que ellos han nacido exclusivamente para eso. ¿En qué momento has perdido tú esa capacidad? Ahora con la maternidad tienes una excelente oportunidad de recuperar esa virtud.
7. Vuelve a lo simple: Te encontrarás con que les regalas una moto y acaban jugando con la caja. ¡Toma lección! ¿Cuánto necesitas tú para ser feliz? Solamente obsérvales a ellos.
8. Regala sonrisas: una, y dos, y tres veces. Cuando les quitas la nariz, cuando te encuentran aunque ni siquiera te haya dado tiempo de esconderte, cuando te provocan y corres detrás de ellos... sonrisas, sonrisas y más sonrisas. Deja que te las arranquen y regálalas tú porque quieres.
9. Vive sin prejuicios: ¿bueno o malo? ¿normal o anormal? Ellos no conocen el significado de nada hasta que tú se lo transmites. Ellos viven libre de juicios, ¿y tú?
10. Nunca dejes de aprender: olvida el matiz obligatorio de una escuela. Mucho antes que eso nacemos y empezamos a aprender de forma exponencial. Son una fuente inagotable de inspiración.

Podría enumerar otras quinientas, y más hoy que estoy más sensible pero lo dejo aquí para que reflexiones y te lo guardes como tu decálogo del pequeño maestro. El día que estés que no puedes con tu alma, dale un repasito e imagínate cada uno de estos momentos con ellos.