Disfruta de un relajante spa en tu embarazo con estos consejos

A todas nos gusta darnos un capricho de vez en cuando. Unas veces puede ser en forma de un suculento plato en ese restaurante al que tanto tiempo llevábamos queriendo ir, otras en cambio puede tratarse de una escapada a un exótico destino con nuestra pareja para pasar unos días inolvidables, pero, en cualquier caso, lo cierto es que permitirse un pequeño lujo siempre nos sienta muy bien.

Pero cuando estás embarazada, hay ciertos placeres que desafortunadamente debes posponer. Si uno de los que tenías en mente tiene que ver con relajantes baños de agua en un entorno idílico, seguro que te estarás haciendo esta pregunta: ¿Puedo disfrutar del spa durante mi embarazo?

El spa es una de las experiencias más placenteras que puedes disfrutar en cualquier época del año, y tenemos una buena noticia para ti: puedes disfrutar de un spa aunque estés embarazada, pero no en cualquier momento y circunstancia.


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En primer lugar, evita el spa si te encuentras en los primeros 3 meses de embarazo, ya que en este período el feto es muy susceptible a los cambios del exterior que afectan a tu cuerpo en pleno cambio, lo que puede ocasionarle problemas. Una vez superados los 3 primeros meses, consulta a tu ginecólogo y si no ve impedimento, disfruta de tus sesiones de spa y relájate.

En segundo lugar, ten claras aquellas actividades que conviene dejar de lado cuando visitas un spa embarazada, sea cual sea tu estado de gestación. Son las siguientes:

  • Masajes en los que se aplique calor y baños de barro muy caliente. No te sometas a estos tratamientos en tu spa, ya que pueden someter a tu cuerpo a temperaturas demasiado elevadas para tu bebé.
  • Tratamientos de masaje intensos y reflexología, en los que involuntariamente se provoque el parto ejerciendo fuertes presiones sobre la zona lumbar y abdominal.
  • Tratamientos anticelulíticos, en cuya aplicación se utilizan sustancias químicas que pueden ser absorbidas por el feto provocándole problemas, así como otros tratamientos cosméticos con componentes no naturales, por la misma razón.
  • Los baños de vapor, de burbujas, con chorros y saunas, que pueden producirte una bajada de tensión que, por la consiguiente reducción del riego sanguíneo, impidan el adecuado aporte de oxígeno al feto.

Además, es mejor que no te bañes en piscinas cuando ya te encuentres en la recta final del embarazo, ya que el tapón cervical que cierra el cuello del útero suele desprenderse en este estadio de la gestación, y podrías enfrentarte a infecciones vaginales que complicarían el proceso.

Por lo demás, todas aquellas actividades del spa que te relajen y alivien los dolores propios del embarazo, como suaves masajes en la espalda, en las piernas y baños en piscinas de agua templadita, son excepcionales para conseguir ese relax tan necesario en este momento excepcional de tu vida.

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