Aunque el nacimiento se produjo hace algunos meses, ahora hemos conocido la historia de una mujer que se ha convertido en madre gracias al trasplante de tejido ovárico congelado antes de que tuviera su primera menstruación.
A esta joven belga le diagnosticaron anemia de células falciformes cuando solo contaba con 5 años. A los 11 su situación se tornó tan complicada que los médicos determinaron que era imprescindible que se sometiera a un trasplante de médula ósea, que donó su propio hermano. Para llevar a cabo este trasplante se debe desactivar el sistema inmunológico de quien lo reciba mediante quimioterapia o radioterapia. El problema es que las dosis son tan elevadas que es posible que los ovarios queden dañados permanentemente.
Así que decidieron que antes de empezar el tratamiento extirparían su ovario derecho para luego congelarlo, por aquel entonces la joven contaba con 13 años y 11 meses. Aunque había empezado a mostrar algunos cambios físicos propios de la pubertad a los 10 años, cuando se realizó la intervención todavía no había tenido la primera regla. El trasplante funcionó aunque tuvo que tomar medicación inmunosupresora durante 18 meses. Su otro ovario dejó de funcionar y a los 15 años le dieron terapia hormonal sustitutiva para propiciar que la joven comenzara a menstruar.
Transcurridos 10 años la mujer comunicó al equipo médico que deseaba convertirse en madre. Decidieron entonces suspender la terapia hormonal y tras descongelar fragmentos del tejido ovárico lo injertaron en el ovario izquierdo y en otras 11 partes del cuerpo. Cinco meses después la joven comenzó a menstruar sin ayuda farmacológica. Como su pareja tenía problemas de fertilidad decidieron comenzar un tratamiento de reproducción asistida. Sin embargo se tuvo que interrumpir cuando rompió su relación sentimental.
Después de este primer intento fallido por las circunstancias, dos años después, a los 27, la joven se quedó embarazada de manera natural, fruto de una nueva relación. El pasado mes de noviembre pudo cumplir su sueño de convertirse en madre al dar a luz a un bebé sano que peso 3.140 gramos.
Para los expertos es un gran avance porque hasta el momento solo se había conseguido embarazos cuando el tejido que se congelaba pertenecía a mujeres adultas. Pero, el hecho de que se haya logrado con el extirpado a una niña sin menstruación, abre un camino para que más pequeñas puedan optar a esta posibilidad.
Sin duda, una gran noticia.
Aunque el nacimiento se produjo hace algunos meses, ahora hemos conocido la historia de una mujer que se ha convertido en madre gracias al trasplante de tejido ovárico congelado antes de que tuviera su primera menstruación.
A esta joven belga le diagnosticaron anemia de células falciformes cuando solo contaba con 5 años. A los 11 su situación se tornó tan complicada que los médicos determinaron que era imprescindible que se sometiera a un trasplante de médula ósea, que donó su propio hermano. Para llevar a cabo este trasplante se debe desactivar el sistema inmunológico de quien lo reciba mediante quimioterapia o radioterapia. El problema es que las dosis son tan elevadas que es posible que los ovarios queden dañados permanentemente.
Así que decidieron que antes de empezar el tratamiento extirparían su ovario derecho para luego congelarlo, por aquel entonces la joven contaba con 13 años y 11 meses. Aunque había empezado a mostrar algunos cambios físicos propios de la pubertad a los 10 años, cuando se realizó la intervención todavía no había tenido la primera regla. El trasplante funcionó aunque tuvo que tomar medicación inmunosupresora durante 18 meses. Su otro ovario dejó de funcionar y a los 15 años le dieron terapia hormonal sustitutiva para propiciar que la joven comenzara a menstruar.
Transcurridos 10 años la mujer comunicó al equipo médico que deseaba convertirse en madre. Decidieron entonces suspender la terapia hormonal y tras descongelar fragmentos del tejido ovárico lo injertaron en el ovario izquierdo y en otras 11 partes del cuerpo. Cinco meses después la joven comenzó a menstruar sin ayuda farmacológica. Como su pareja tenía problemas de fertilidad decidieron comenzar un tratamiento de reproducción asistida. Sin embargo se tuvo que interrumpir cuando rompió su relación sentimental.
Después de este primer intento fallido por las circunstancias, dos años después, a los 27, la joven se quedó embarazada de manera natural, fruto de una nueva relación. El pasado mes de noviembre pudo cumplir su sueño de convertirse en madre al dar a luz a un bebé sano que peso 3.140 gramos.
Para los expertos es un gran avance porque hasta el momento solo se había conseguido embarazos cuando el tejido que se congelaba pertenecía a mujeres adultas. Pero, el hecho de que se haya logrado con el extirpado a una niña sin menstruación, abre un camino para que más pequeñas puedan optar a esta posibilidad.
Sin duda, una gran noticia.
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