Que la experiencia es un grado es mucho más que una frase hecha, es una gran verdad. Dentro del mundo de la maternidad es cierto que cuando tenemos el segundo hijo, afrontamos el parto de una manera diferente que con el primero, ya sabemos lo que es. En el caso de Gerri su experiencia al ser madre de 9 hijos hizo que quisiera tener un parto diferente.
Gerri se mostró interesada en emplear esta nueva técnica, pero a su familia no le convencía mucho. Su marido pensaba que podría traer consigo algunos problemas, ya que además estaban esperando gemelas. Pero ella insistió y quiso elegir la manera en la que sus hijas llegaran a este mundo, y dijo: es mi cuerpo, es mi parto, es mi bebé. A su ginecóloga, que también dudaba al principio, le convenció la determinación expresada por su paciente.
Así que llegó el día, el pasado 22 de diciembre. Tras su ingreso en el Hospital John Hunter de Newcastle. Bajo anestesia epidural en el momento preciso tuvo la oportunidad de extraer de su propio vientre a la primer bebé, Martina. Tras colocarla sobre su pecho y experimentar esa increíble sensación, le dijeron que ya estaba lista la siguiente. Repitió la operación y pudo tener a Violet, su otra hija, también entre sus brazos. Gerri aseguró que había sido un momento maravilloso, como si hubiera sido un parto natural.
Una semana después la madre pudo llevarse a casa a sus dos pequeñas, que gozan de una excelente salud. Ahora se ha conocido esta increíble historia, que nos lleva a plantearnos si nos gustaría un parto así. Habrá que pensarlo…
Que la experiencia es un grado es mucho más que una frase hecha, es una gran verdad. Dentro del mundo de la maternidad es cierto que cuando tenemos el segundo hijo, afrontamos el parto de una manera diferente que con el primero, ya sabemos lo que es. En el caso de Gerri su experiencia al ser madre de 9 hijos hizo que quisiera tener un parto diferente.
Gerri se mostró interesada en emplear esta nueva técnica, pero a su familia no le convencía mucho. Su marido pensaba que podría traer consigo algunos problemas, ya que además estaban esperando gemelas. Pero ella insistió y quiso elegir la manera en la que sus hijas llegaran a este mundo, y dijo: es mi cuerpo, es mi parto, es mi bebé. A su ginecóloga, que también dudaba al principio, le convenció la determinación expresada por su paciente.
Así que llegó el día, el pasado 22 de diciembre. Tras su ingreso en el Hospital John Hunter de Newcastle. Bajo anestesia epidural en el momento preciso tuvo la oportunidad de extraer de su propio vientre a la primer bebé, Martina. Tras colocarla sobre su pecho y experimentar esa increíble sensación, le dijeron que ya estaba lista la siguiente. Repitió la operación y pudo tener a Violet, su otra hija, también entre sus brazos. Gerri aseguró que había sido un momento maravilloso, como si hubiera sido un parto natural.
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