Además de los cambios físicos que vivimos durante el embarazo, el corazón también sufre cambios importantes que indican que nuestro sistema cardiovascular se está adaptando a esta nueva situación. Sufrir problemas en el corazón puede provocar, en la mayoría de casos, una patología cardiaca o cariopatía congénita. Según recientes estudios, la mortalidad materna por patologías cardiacas es de un 1,4% en España. Pero, ahora, una investigación del Hospital 12 de Octubre de Madrid ha revelado que esta cifra es ligeramente superior a la recogida en el registro europeo (1%) y que podría deberse, en parte, a las mejoras de los tratamientos de las cardiopatías congénitas que han podido cumplir los sueños de muchas mujeres para quedarse embarazadas.

En caso de padecer alguna cardiopatía diagnosticada, los expertos someterse a pruebas específicas para evaluar el estado de salud antes de quedar embarazada y seguir un control médico firme antes y durante la gestación

Los investigadores de este hospital madrileño realizaron un seguimiento a 62 mujeres embarazadas con una media de 30 años que sufrían cardiopatías congénitas, valvulopatías e hipertensión arterial pulmonar, así como a sus recién nacidos. Se elaboró una clasificación de acuerdo a la escala de riesgo de las complicaciones de cada gestante de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en la cual se tuvieron en cuenta diferentes aspectos, tales como: la medicación, la cardiopatía, la consulta médica preconcepcional, el tipo de parto y el puerperio.

Este estudio contempla que dos de cada cien embarazadas puede presentar algún tipo de complicación cardiovascular durante el embarazo. A la herencia genética de la embarazada conviene sumar otros factores de riesgo que pueden provocar este tipo de patologías como el consumo de alcohol o tabaco, la obesidad, el estrés, la edad avanzada o la hipertensión arterial, entre otros.

Como conclusión, los expertos recomiendan que durante el embarazo someterse a revisiones periódicas de su tensión arterial, mantener una dieta baja en sal, llevar un ritmo de vida lo más saludable posible y que, sobre todo, informarse previamente de los riesgos que puede tener en el embarazo sufrir una patología cardiovascular.

Fuente: Europa Press