¿Es aconsejable acudir al osteópata estando embarazada? ¿Cuáles son molestias más habituales del embarazo que pueden tratarse tras una sesión de osteopatía? Silvia Soriano nos ayuda a despejar todas las dudas sobre el embarazo y la osteopatía. En esta ocasión hablamos con Silvia, Fisioterapeuta y Osteópata, gerente de Clínica de Osteopatia i Fisioterapia EGARA en Terrassa, Barcelona, también imparte cursos de yoga de embarazo y suelo pélvico con Fisiomyoga y es profesora colaboradora del Máster Oficial de Osteopatía, “Escoles Universitàries Gimbernat” (U.A.B), Barcelona. Sigue leyendo y descubre de la mano de esta profesional todo lo que puede implicar una sesión de osteopatía durante tu embarazo o en la etapa posparto.
Pues bien, la osteopatía, en España, en la mayoría de las formaciones oficialmente reguladas, es un posgrado o especialización después de haber estudiado el grado o diplomatura en Fisioterapia o algún otro grado universitario de ciencias de la salud o medicina. En otros países sí que existe como profesión independiente sanitaria pero entonces requiere de más años de formación.
Hay que tener en cuenta, que no todos los osteópatas de España tienen una carrera universitaria sanitaria detrás antes de realizar los estudios de osteopatía, y eso es algo muy importante que debe saber el paciente antes de pedir hora con un osteópata, ya que son consultas vinculadas a la salud. Por lo que yo no lo llamaría “alternativa a la medicina” sino complementaria, así como la medicina tradicional nos puede ofrecer farmacología, cirugía, etc…
La osteopatía se basa en terapia manual, movilizaciones, técnicas articulares, manipulaciones, técnicas fasciales, musculares… Para valorar y mejorar la mecánica corporal en muchos de sus aspectos, osteomuscular, visceral, etc…
Sí, claro, sobretodo si se padece de algún dolor o malestar, ya que puede aliviarlo, pero también como preparación física al parto y para ir adaptando los cambios posturales y morfológicos que se dan a lo largo del embarazo.
Mejoramos la mecánica articular de la pelvis, la elasticidad y fuerza muscular, mejoramos la movilidad diafragmática, torácica, visceral. También realizamos una evaluación del suelo pélvico y de la musculatura abdominal, entre otros.
Dependiendo del trimestre de gestación en que se encuentre nuestra paciente, valoramos los cambios morfológicos y posturales que se han dado, valoramos la movilidad de la pelvis que se está adaptando al crecimiento uterino, valoramos el diafragma, la parrilla costal, la musculatura abdominal, el cambio de curva lumbar, generalmente suele aparecer una cierta hiperlordosis aunque no siempre. Y con todo ello tratamos y damos unas pautas de ejercicios para la paciente, adaptadas a cada caso en particular.
Las molestias más clásicas durante el embarazo son:
Depende del tipo de lesión, pero generalmente con 2-3 sesiones puede ser suficiente.
Siempre es aconsejable realizar una visita y valorar la postura y el estado general. Podemos dar muchas recomendaciones, ejercicios. Además, ya finalizando el tercer trimestre, puede ser muy positivo hacer una sesión para movilizar todas las articulaciones de la pelvis, ilíacos, sacro, cóccix, caderas, elastificar el suelo pélvico, etc… Ya que la pelvis será la zona de tránsito por donde pasará el bebé, y si mantenemos su libertad de movimiento, correcta movilidad, y podemos enseñarle a la paciente ejercicios para mover la pelvis durante el proceso de dilatación, ejercicios de relajación, respiración, etc…
Siempre va a ser muy positivo de cara al parto, además cuanta más información tiene la paciente, más la empoderamos y más seguridad le vamos a dar a lo largo del embarazo y parto.
Sí claro, esa es una de nuestras funciones, aunque siempre va a depender del tipo de lesión. También remarcar la importancia de realizar una correcta valoración posparto, pasados unos 2 meses tras el parto, para poder evaluar de nuevo la postura y el suelo pélvico, y poder identificar posibles incontinencias urinarias, prolapsos, diástasis abdominales, etc… Y así empezar a tratar y/o dar recomendaciones a las pacientes para que puedan recuperar su estado inicial previo al embarazo, ya que a posteriori, muchas lesiones, si no las tratamos en el posparto, podrán empeorar en la fase de menopausia con el declive hormonal que sufre la mujer.
Lo primordial es asegurarnos de que se trata de un embarazo sin ningún tipo de complicación, de hecho, si es necesario, solicitamos un informe por parte de su ginecólogo/a. A partir de ahí, realizamos una anamesis exhaustiva, preguntamos sobre sus molestias o motivo de consulta, antecedentes quirúrgicos, traumatismos, enfermedades de interés, farmacología, etc… Y luego realizamos una valoración postural global.
En la mayoría de formaciones de osteopatía, se habla sobre la gestante y sus abordaje, aunque siempre es mejor acudir a osteópatas que tengan a más a más, una formación específica en osteopatía uroginecologica y obstetricia.
Sí claro, hay algunos embarazos de riesgo o con complicaciones, es por ello que siempre en cada sesión realizamos una anamnesis previa, valoramos a la paciente, y si es necesario, derivamos para una correcta valoración médica especializada. Por eso insisto en que todo profesional de la osteopatía, en mi opinión, es necesario que tenga una carrera/grado sanitario detrás, ya sea fisioterapia, medicina o enfermería para que pueda identificar cualquier tipo de contraindicación ante el tratamiento y poder derivar a tiempo a su médico especialista.
Inicialmente realizamos una completa anamnesis, valoramos pruebas complementarias si las aporta, realizamos la valoración postural, columna, pelvis, muscular, suelo pélvico, y con todo ello, obtenemos un diagnóstico para poder realizar un tratamiento adecuado a la paciente y a su dolencia, al finalizar, solemos dar unas recomendaciones o pautas de ejercicio.
¿Es aconsejable acudir al osteópata estando embarazada? ¿Cuáles son molestias más habituales del embarazo que pueden tratarse tras una sesión de osteopatía? Silvia Soriano nos ayuda a despejar todas las dudas sobre el embarazo y la osteopatía. En esta ocasión hablamos con Silvia, Fisioterapeuta y Osteópata, gerente de Clínica de Osteopatia i Fisioterapia EGARA en Terrassa, Barcelona, también imparte cursos de yoga de embarazo y suelo pélvico con Fisiomyoga y es profesora colaboradora del Máster Oficial de Osteopatía, “Escoles Universitàries Gimbernat” (U.A.B), Barcelona. Sigue leyendo y descubre de la mano de esta profesional todo lo que puede implicar una sesión de osteopatía durante tu embarazo o en la etapa posparto.
Pues bien, la osteopatía, en España, en la mayoría de las formaciones oficialmente reguladas, es un posgrado o especialización después de haber estudiado el grado o diplomatura en Fisioterapia o algún otro grado universitario de ciencias de la salud o medicina. En otros países sí que existe como profesión independiente sanitaria pero entonces requiere de más años de formación.
Hay que tener en cuenta, que no todos los osteópatas de España tienen una carrera universitaria sanitaria detrás antes de realizar los estudios de osteopatía, y eso es algo muy importante que debe saber el paciente antes de pedir hora con un osteópata, ya que son consultas vinculadas a la salud. Por lo que yo no lo llamaría “alternativa a la medicina” sino complementaria, así como la medicina tradicional nos puede ofrecer farmacología, cirugía, etc…
La osteopatía se basa en terapia manual, movilizaciones, técnicas articulares, manipulaciones, técnicas fasciales, musculares… Para valorar y mejorar la mecánica corporal en muchos de sus aspectos, osteomuscular, visceral, etc…
Sí, claro, sobretodo si se padece de algún dolor o malestar, ya que puede aliviarlo, pero también como preparación física al parto y para ir adaptando los cambios posturales y morfológicos que se dan a lo largo del embarazo.
Mejoramos la mecánica articular de la pelvis, la elasticidad y fuerza muscular, mejoramos la movilidad diafragmática, torácica, visceral. También realizamos una evaluación del suelo pélvico y de la musculatura abdominal, entre otros.
Dependiendo del trimestre de gestación en que se encuentre nuestra paciente, valoramos los cambios morfológicos y posturales que se han dado, valoramos la movilidad de la pelvis que se está adaptando al crecimiento uterino, valoramos el diafragma, la parrilla costal, la musculatura abdominal, el cambio de curva lumbar, generalmente suele aparecer una cierta hiperlordosis aunque no siempre. Y con todo ello tratamos y damos unas pautas de ejercicios para la paciente, adaptadas a cada caso en particular.
Las molestias más clásicas durante el embarazo son:
Depende del tipo de lesión, pero generalmente con 2-3 sesiones puede ser suficiente.
Siempre es aconsejable realizar una visita y valorar la postura y el estado general. Podemos dar muchas recomendaciones, ejercicios. Además, ya finalizando el tercer trimestre, puede ser muy positivo hacer una sesión para movilizar todas las articulaciones de la pelvis, ilíacos, sacro, cóccix, caderas, elastificar el suelo pélvico, etc… Ya que la pelvis será la zona de tránsito por donde pasará el bebé, y si mantenemos su libertad de movimiento, correcta movilidad, y podemos enseñarle a la paciente ejercicios para mover la pelvis durante el proceso de dilatación, ejercicios de relajación, respiración, etc…
Siempre va a ser muy positivo de cara al parto, además cuanta más información tiene la paciente, más la empoderamos y más seguridad le vamos a dar a lo largo del embarazo y parto.
Sí claro, esa es una de nuestras funciones, aunque siempre va a depender del tipo de lesión. También remarcar la importancia de realizar una correcta valoración posparto, pasados unos 2 meses tras el parto, para poder evaluar de nuevo la postura y el suelo pélvico, y poder identificar posibles incontinencias urinarias, prolapsos, diástasis abdominales, etc… Y así empezar a tratar y/o dar recomendaciones a las pacientes para que puedan recuperar su estado inicial previo al embarazo, ya que a posteriori, muchas lesiones, si no las tratamos en el posparto, podrán empeorar en la fase de menopausia con el declive hormonal que sufre la mujer.
Lo primordial es asegurarnos de que se trata de un embarazo sin ningún tipo de complicación, de hecho, si es necesario, solicitamos un informe por parte de su ginecólogo/a. A partir de ahí, realizamos una anamesis exhaustiva, preguntamos sobre sus molestias o motivo de consulta, antecedentes quirúrgicos, traumatismos, enfermedades de interés, farmacología, etc… Y luego realizamos una valoración postural global.
En la mayoría de formaciones de osteopatía, se habla sobre la gestante y sus abordaje, aunque siempre es mejor acudir a osteópatas que tengan a más a más, una formación específica en osteopatía uroginecologica y obstetricia.
Sí claro, hay algunos embarazos de riesgo o con complicaciones, es por ello que siempre en cada sesión realizamos una anamnesis previa, valoramos a la paciente, y si es necesario, derivamos para una correcta valoración médica especializada. Por eso insisto en que todo profesional de la osteopatía, en mi opinión, es necesario que tenga una carrera/grado sanitario detrás, ya sea fisioterapia, medicina o enfermería para que pueda identificar cualquier tipo de contraindicación ante el tratamiento y poder derivar a tiempo a su médico especialista.
Inicialmente realizamos una completa anamnesis, valoramos pruebas complementarias si las aporta, realizamos la valoración postural, columna, pelvis, muscular, suelo pélvico, y con todo ello, obtenemos un diagnóstico para poder realizar un tratamiento adecuado a la paciente y a su dolencia, al finalizar, solemos dar unas recomendaciones o pautas de ejercicio.
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