De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda contar con una doula como apoyo a la hora de tener un bebé. Se trata de una mujer, madre casi siempre, que comparte con nosotras sus conocimientos antes y después del parto y en ocasiones mientras éste tiene lugar. Nos acompaña física y emocionalmente, pero no forma parte del personal sanitario. Ahora la figura de la doula empieza a ser cuestionada.
El Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, CECOVA (España), ha señalado el peligro que pueden representar las doulas en el parto, durante el embarazo y el desarrollo del bebé. Incluso anima a que se denuncien los casos de intrusismo.
CECOVA apunta a que las doulas no tienen una formación reglada ni tampoco están reguladas por la legislación española. Comentan que ya hay una figura profesional encargada de atender a la mujer y al bebé durante los primeros 28 días, la comadrona o matrona.
Sin embargo la figura de la doula se reconoce en el documento "Estrategia de atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud", realizado por el Ministerio de Sanidad en 2007 y revisada en 2010. En él se comenta que la mujer puede elegir una persona que la acompañe, pareja, familiar o amiga o personal sanitario, partera, doula o enfermera.
Las enfermeras se quejan de que la formación de una doula se basa en un curso de unas cuantas semanas y que por ello no contarían con la misma preparación con la que cuenta una matrona, con años de estudios universitarios. Además dicen que incitan a las madres a no seguir los consejos médicos y a prácticas cuanto menos peculiares.
Bea Fernández, presidenta de la Asociación Española de Doulas, ha declarado lo siguiente:
No somos personal sanitario ni tampoco lo queremos ser. Somos personal de apoyo, de asistencia. Somos acompañantes. Trabajamos para que nadie utilice el nombre de las doulas para hacer cosas diferentes. Contamos con códigos éticos en los que queda muy claro que el trabajo de la doula no tiene nada que ver con el de los profesionales sanitarios.
Sin duda cada una de nosotras, bien informadas, decidiremos si contar o no con una doula.
De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda contar con una doula como apoyo a la hora de tener un bebé. Se trata de una mujer, madre casi siempre, que comparte con nosotras sus conocimientos antes y después del parto y en ocasiones mientras éste tiene lugar. Nos acompaña física y emocionalmente, pero no forma parte del personal sanitario. Ahora la figura de la doula empieza a ser cuestionada.
El Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, CECOVA (España), ha señalado el peligro que pueden representar las doulas en el parto, durante el embarazo y el desarrollo del bebé. Incluso anima a que se denuncien los casos de intrusismo.
CECOVA apunta a que las doulas no tienen una formación reglada ni tampoco están reguladas por la legislación española. Comentan que ya hay una figura profesional encargada de atender a la mujer y al bebé durante los primeros 28 días, la comadrona o matrona.
Sin embargo la figura de la doula se reconoce en el documento "Estrategia de atención al parto normal en el Sistema Nacional de Salud", realizado por el Ministerio de Sanidad en 2007 y revisada en 2010. En él se comenta que la mujer puede elegir una persona que la acompañe, pareja, familiar o amiga o personal sanitario, partera, doula o enfermera.
Las enfermeras se quejan de que la formación de una doula se basa en un curso de unas cuantas semanas y que por ello no contarían con la misma preparación con la que cuenta una matrona, con años de estudios universitarios. Además dicen que incitan a las madres a no seguir los consejos médicos y a prácticas cuanto menos peculiares.
Bea Fernández, presidenta de la Asociación Española de Doulas, ha declarado lo siguiente:
No somos personal sanitario ni tampoco lo queremos ser. Somos personal de apoyo, de asistencia. Somos acompañantes. Trabajamos para que nadie utilice el nombre de las doulas para hacer cosas diferentes. Contamos con códigos éticos en los que queda muy claro que el trabajo de la doula no tiene nada que ver con el de los profesionales sanitarios.
Sin duda cada una de nosotras, bien informadas, decidiremos si contar o no con una doula.
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